Comenzó como algo muy discreto y con el paso de los días se ha ido expandiendo a ritmo acelerado. Así es la Hugomanía, un movimiento que, acompañado de alegría, cariño, esperanza y fervor, se ha tomado los barrios, veredas y corregimientos de Montería y no hay quien lo detenga. Es un sentir que se refleja en el rostro de la gente cuando se encuentra con Hugo.
Prueba de ello ha sido el multitudinario respaldo ciudadano que ha recibido el impulsor del movimiento Una Sola Montería durante los últimos días en las comunas 9 y 6, donde miles de personas lo acompañaron y recorrieron las calles en dos grandes caravanas de carros, motos, bicicletas y a pie, evidenciando que la Hugomanía llegó para quedarse.
Hugo se ha ganado el corazón y el afecto de los monterianos por su empatía y también por sus acciones como gran ejecutor; es un ciudadano de a pie que disfruta mucho caminar, escuchar,.pero sobre todo, le gusta aportar soluciones y ser parte de ellas.
Ya no pasa desapercibido, pues lo conocen por ser de los que escucha y ser buen amigo, por su voz serena y sonrisa alentadora, así como su talante, Hugo es reconocido por ser el hombre que los monterianos quieren para liderar la ciudad y el campo los próximos 4 años.
Aunque la aparición de la Hugoneta, su icónico transporte con el que recorre el municipio de occidente a oriente y de sur a norte, es la antesala a su presencia en cualquier lugar del territorio, todos saben que Hugo llegó porque suena y retumba ese estribillo pegajoso que entonan grandes y chicos: «llegó, llegó, el inge llegó, que suenen los tambores, el alcalde llegó».
Definitivamente la Hugomanía la viven todos: niños, mujeres, jóvenes y abuelos, y se refleja en los saludos enérgicos, los gritos en los barrios, las sonrisas contagiosas, los abrazos interminables y los detalles inesperados. Todos quieren a Hugo como su alcalde.