El uso de botellas reutilizables como una alternativa ecoamigable se ha vuelto cada vez más popular, pues contribuye a reducir el impacto ambiental y disminuir el consumo de plástico de un solo uso.
No obstante, estos recipientes pueden acumular bacterias a lo largo del tiempo y es importante tenerlo en cuenta ya que esto puede traer implicaciones para la salud.
Diversos estudios han demostrado que lavar las botellas con agua caliente y jabón no es suficiente para eliminar por completo las bacterias adheridas a su superficie.
El material plástico facilita que bacterias como bacilos y bacilos gramnegativos se adhieran y formen colonias en el interior de las botellas, lo que representa un riesgo para nuestra salud.
Un estudio realizado en Estados Unidos analizó alrededor de 100 botellas reutilizables pertenecientes a diferentes personas.
Los expertos hicieron una recolección de muestras semanales del agua contenida en las botellas, así como de los residuos presentes en la tapa, el pico y la rosca.
Los resultados revelaron que en promedio las botellas albergaban aproximadamente 20.8 millones de unidades formadoras de bacterias gramnegativas.
Lo anterior, significa que las botellas podrían contener hasta 40,000 veces más bacterias que un asiento de inodoro, más de cuatro veces la cantidad que se encuentra en un ratón y 14 veces más que un plato donde comen nuestras mascotas.
Además, se observó que las botellas con pico y rosca eran las que presentaban una mayor cantidad de bacterias. En estas áreas, se encontraron hasta 30 millones de unidades formadoras de colonias de bacterias gramnegativas, las cuales pueden causar infecciones gástricas y respiratorias.
Asimismo, los bacilos presentes en las botellas pueden desencadenar problemas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarreas.
Ante estos hallazgos, es fundamental tomar medidas para garantizar la higiene de las botellas reutilizables.
Se recomienda lavarlas con regularidad utilizando agua caliente y jabón, y también utilizar cepillos de limpieza para acceder a las áreas de difícil acceso, como el pico y la rosca.