Miedo y hambre, caos en el mundo

Miedo y hambre, caos en el mundo

Doloroso y enigmático es ver como en estos últimos tiempos, el miedo, el hambre y la escasez, están acabando con la humanidad. Nos encontramos en tiempos apocalípticos, no hay paz y la comida cada día está más escasa. Con frecuencia escuchamos a nuestros ancestros decir: “Vendrán tiempos mejores”, sin embargo, el contexto del caos universal, nos lleva a precisar, que el fin del mundo está cada vez más cerca, y que, en realidad, no vendrán tiempos mejores.

Aún no termina la angustia de la enfermedad del Coronavirus, que hemos enfrentado los últimos dos años, cuando escuchamos la aterradora noticia de una posible guerra entre las naciones de Ucrania y Rusia, que refleja la lucha de poderes, la fuerza política y egocentrismo del ser humano.

Estas situaciones de violencia, promueven el deterioro de nuestra salud mental, y desestabilizan nuestras emociones, provocando alteraciones, ansiedad, incertidumbre e inseguridad en nuestro entorno.

Y es que el hombre desde sus inicios, ha estado acompañado del miedo, es decir; de esas sensaciones o angustias provocadas por la presencia del peligro real o imaginario. En otras palabras, podemos referirnos al miedo, como ese sistema de alarma en nuestro cerebro, que se activa cuando detectamos una posible amenaza real o supuesta, en la actualidad o en el futuro, o incluso en el pasado.

Es una respuesta adaptativa que conlleva a cambios de inmediato en el funcionamiento de nuestros comportamientos, pensamientos y cuerpo.  Incluso, estudios científicos afirman, que el miedo es la emoción que más consecuencias físicas y psicológicas, produce en nuestro interior, esto debido a que, esa sensación de ansiedad causada por nuestra anticipación de algún evento o experiencia imaginada, produce una reacción biológica en nuestro cuerpo, ante ese conjunto de señales que interpretamos como temerosos.   

Franklin Roosevelt, (Nueva York, 1882 – Warm Springs, Georgia, 1945), quien fue presidente de los estados unidos en los periodos (1933-1945), en algún momento manifestó: “el miedo al miedo probablemente causa más problemas en nuestras vidas que el miedo en sí mismo”.

El miedo, no es lo único que preocupa, pues a este escenario, le sumamos en la actualidad, el fenómeno de la hambruna y la escasez, es algo que viene sufriendo la humanidad, desde hace varios años y que ha ido empeorando a causas de muchas razones, entre las ultimas, la pandemia del Covid 19.

Según datos del DANE, las cifras de pobreza extrema en Colombia eran de 4,68 millones de personas en nuestro país en el año 2019, con un aumento de 2,78 millones de Colombianos que ingresaron a la desconsoladora cifra, que termino a corte del año 2020, en 7,47 millones de personas, que viven en condiciones de pobreza extrema y sus ingresos no les alcanza para consumir las calorías necesarias para tener buenas condiciones de salud.

Situación que es provocada por la corrupción política, el egoísmo, y la falta de oportunidades laborales, generando esto, angustia, desnutrición y muertes de nuestros semejantes; situaciones, que afectan la calidad de vida del ser humano.

Con este panorama es imposible tener paz. El desespero no tiene fin. Ahora recuerdo aquella contagiosa frase musical del cantautor Vallenato, Diomedes Díaz (QEP), donde jocosamente dice: Ay Dios mío esta vida si esta cara y la plata ya casi no se consigue – Ay Dios mío que mala situación y la carne la veo en televisión”, haciendo referencia, a las condiciones inhumanas, de hambre, de pobreza, de falta de oportunidades, de falta de solidaridad, en las que nos encontramos los Colombianos.

 Sin duda alguna, el panorama no es alentador, estamos viviendo tiempos difíciles, para nadie es un secreto. Debemos vivir al máximo sin tanto dolor, ni sufrimiento, pero es importante saber convivir y tratar de manejar nuestras emociones.

¿Cómo evitar que el miedo, el hambre y la escasez, producto de actual situación mundial, no nos afecte? Pudiéramos dar muchas recomendaciones, las cuales quedarían cortas, pues es inevitable todo esto. Sin embargo, podemos apuntar a un cuidado integral de nuestra salud mental, la cual incluye bienestar emocional, psicológica y social. Mantener una actitud positiva y reflejarlo en la forma en que pensamos, sentimos y actuamos, cuando enfrentamos a la vida. ¡Tú decides! Una buena actitud frente a cada problema, es la mejor solución.

“El hombre valiente no es el que no tiene miedo, sino aquel que conquista ese miedo”. Nelson Mandela.