Afganistán: Talibanes armados le impiden a las mujeres entrar a sus universidades

Afganistán: Talibanes armados le impiden a las mujeres entrar a sus universidades

La violencia hacia las mujeres y sus libertades sigue aumentando en Afganistán bajo el gobierno de los talibanes. Este jueves, guardias armados impidieron a miles de mujeres entrar a los campus universitarios de la nación, un día después de que el gobierno talibán les prohibiera el acceso a la educación superior de manera indefinida.

Mientras tanto, grupos reducidos de mujeres se reúnen a estudiar en bibliotecas mientras son custodiadas por otros hombres. El panorama es tan desolador que una de ellas describió la situación como “estar condenada y haberlo perdido todo”.

La decisión de vetar a las mujeres de las universidades fue anunciada el martes por la noche. La mayoría de las adolescentes ya habían sido expulsadas de la educación secundaria, lo que bloqueaba sus opciones de acceder a la universidad.

Pese a eso, el veto todavía no se había aplicado a la enseñanza superior y miles de mujeres pudieron presentarse hace menos de tres meses a los exámenes de entrada a la universidad.

El miércoles, la indignación se multiplicaba en las redes sociales, con la etiqueta #LetHerLearn (Dejen que aprendan). Varios internautas compartieron imágenes de estudiantes de la facultad de Medicina de la Universidad de Nangarhar (este) que interrumpían sus exámenes en solidaridad con sus colegas femeninas.

Un profesor de matemáticas de Kabul también anunció su dimisión en Facebook, alegando que no quería enseñar “allí donde las chicas no están autorizadas a estudiar”. Por su parte, el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, y su círculo cercano defienden una interpretación ultrarrigurosa del islam contra la educación moderna, especialmente para mujeres.

En los veinte años de ocupación de las fuerzas internacionales, los sucesivos gobiernos afganos, apoyados por Occidente, permitieron a las niñas ir al colegio y a las mujeres desempeñar empleos.

Ahora en cambio las mujeres están excluidas de numerosos empleos públicos o míseramente pagadas por quedarse en casa. Tampoco pueden viajar sin la compañía de un pariente masculino, y deben cubrirse con un burqa o un hiyab al salir a la calle. En noviembre, los talibanes les prohibieron igualmente acceder a parques, jardines, gimnasios y baños públicos.