Aunque una parte del imaginario colectivo siga sosteniendo que los murciélagos condujeron a la proliferación del virus que produce el COVID 19, la otra realidad de lo que algunos consideran es un mito, es que, por el contrario, estos animales participan en el control de transmisión de enfermedades, en especial las que son propagadas por insectos como Chikungunya, Dengue, Malaria, Fiebre Amarilla y otras.
La apreciación científica la comparte el biólogo Jairo Pérez Torres, PhD. en Ciencias Biológicas, docente del Departamento de Biología de la Universidad Javeriana, quien fue conferencista magistral invitado por el programa de Biología de la Universidad de Córdoba, con cuya población de estudiantes y docentes compartió la charla: ‘Monstruos y Murciélagos, lo Malo del Mito y lo Bueno de la Realidad’, espacio que tuvo lugar en el auditorio de la biblioteca central Misael Díaz Urzola.
“Existe una gran cantidad de especies de murciélagos que consumen insectos precisamente, de cuya dieta hacen parte muchos que son transmisores de enfermedades; de tal manera que cuando los murciélagos insectívoros se alimentan de esos insectos están contribuyendo a mantener, de alguna manera, las poblaciones bajas de eso mosquitos. En ese sentido es que participan en el control natural de la transmisión de enfermedades”, sostuvo Pérez Torres.
Agrega el experto en biología que adicionalmente otros insectos que son plagas de cultivos, también hacen parte del menú de los murciélagos, en el horario en el que la ciencia comprobó que salen a alimentarse, que es entre 7 p. m., y 1 a. m., es decir, su hábito alimenticio lo complacen sólo por cinco o seis horas y el resto del tiempo duermen en sus refugios, que no son propiamente las viviendas, sino árboles, cuevas u otras guaridas.
“Esto quiere decir que por esa vía los murciélagos también están contribuyendo a la seguridad alimentaria, porque se trata de cultivos agrícolas para el consumo. Esto ayuda a evitar la pérdida de cosechas porque precisamente se están reduciendo las plagas que atacan, además de evitar costos en plaguicidas a los campesinos, porque los murciélagos hacen la tarea por ellos”, precisó el experto, invitado a Unicórdoba.
Pérez Torres compartió adicionalmente que existen en el mundo más de 1.400 especies de murciélagos; algunos se alimentan de frutas, otros del néctar de las flores, otros de insectos, otros son carnívoros y sólo tres de esas especies son hematófagos, es decir, que se alimentan de sangre (Diphylla ecaudata, Desmodus rotundus y Diaemus youngi). Los que consumen frutas además participan en la regeneración de los bosques, porque al defecar dispersan y riegan las semillas.
El profesor Pérez Torres sugiere a las familias no atacar a los murciélagos a escobazos, sino ayudarlos a salir de las casas, preferiblemente sin agarrarlos para evitar accidentes. Sostiene que el impacto es que, a medida que se ha deforestado y se ha construido en el bosque, se le ha invadido el territorio a los murciélagos y a otras especies.
Pérez Torres estará de nuevo en Unicórdoba para el VI Congreso Colombiano de Zoología, a realizarse del 27 al 31 de marzo de 2023.