En memoria de dos grandes amigos

En memoria de dos grandes amigos

Por Efraín Díaz Aguilar

Hago este escrito para rendirle tributo a dos grandes amigos  que partieron a la eternidad; dos cartageneros que hace más de 50 años establecieron su residencia en el barrio Buenavista de Montería, me refiero a los esposos Daniel Lorduy Conquet y Norma Arellano de Lorduy, quienes fallecieron el 7 y 9 de abril respectivamente, pero antes de irse, le dejaron un legado, unas enseñanzas a sus hijos y amigos, tuvieron una familia, digna de admirar.

Daniel y Norma fueron cofundadores del barrio Buenavista y padres de: Marlon, Danilsa, Fredy, Yohan (El Chicho) Y Omar (El mono); Daniel fue una persona que se desvivió por el deporte, especialmente por el Beisbol y el Softbol, siendo miembro de la Liga de Softbol de Córdoba al lado de Jose Jiménez Ferrety y Álvaro Ayala; sus hijos fueron destacados beisbolistas y Sofbolistas, especialmente Fredy y Omar, ellos, en varias oportunidades hicieron parte de la selección Córdoba y Colombia.

La cancha que hoy es de futbol en el barrio Buenavista, en un principio sirvió como escenario beisbolistico y Daniel al lado de Felipe Hawasly (El Felo, como cariñosamente le decimos) fueron unos de sus grandes impulsores; en ese espacio deportivo, nacieron grandes figuras de este deporte, ahí se desarrollaran campeonatos infantiles de beisbol en donde los hermanos Lorduy Arrellano (Marlon, Fredy, El Chicho y Omar) al lado de Jorge Hawasly (El Pimporro) y otras glorias del beisbol cordobés, hicieron su debut.

Daniel Lorduy sirvió como enlace, de puente, para que los mejores beisbolistas de Bolívar jugaran en nuestro departamento; uno de ellos, Ulises Fría Galofre que hizo parte de la Leyenda de Bolívar denominada: “Los tractores de Bolívar” se vino a Córdoba, jugó en el campeonato doméstico y debutó en aquella selección que por primera vez en el año 1988 nos entregó el título de campeones nacionales de Béisbol.

Para Ulises Fría Galofre y su señora Alcira Taron Fortich, Daniel y Norma, se convirtieron en sus padres adoptivos en Montería; ellos al igual que los hermanos Lorduy Arellano, han sentido en lo más profundo de su ser la partida de estos esposos que se desvivieron por servirle al deporte, a los beisbolistas y Sofbolistas.

Como quisiera retroceder el tiempo para ver de nuevo aquellas tardes agradables en la esquina de la carrera cuarta con calle 12 del barrio Buenavista en donde vivieron por más de 50 años Daniel con su señora y sus hijos; a ese lugar llegaban sus amigos, podemos mencionar entre ellos a su compadre Felipe Hawasly, Ulises Frías Galofre y su señora Alcira Taron, Adolfo Arroyo, Moisés Ramos y su señora, Humberto Solano su yerno, Iván Blanco y su señora, más otros que ahora no recuerdo.

Todos los viernes desde las cuatro de la tarde comenzaban a llegar; Daniel y Norma estaban preparados para recibirlos de una manera agradable como si los que llegaran fueran sus hermanos o sus hijos, ese día la tertulia giraba en torno al Beisbol, el Softbol, el futbol u otro deporte.

Los sábados y domingos se divertían sanamente jugando dominó, se mamaban gallo entre ellos, jamás hubo una discusión, su trato era fraterno, de hermandad, porque los que se acercaban a ese lugar eran personas muy allegadas y respetables; de esa época solamente  quedan las memorias, los recuerdos, evocar esos  tiempos nos da una inmensa nostalgia.

A todos sus hijos y familiares muy cercanos, a sus amigos que querían a Daniel y a Norma como a unos padres, les digo que debemos aferrarnos a los momentos felices que vivieron al lado de ellos, sus recuerdos y sus buenas acciones es lo que los mantiene vivos en nuestras mentes y en nuestros corazones.

Marlon, Danilsa, Humberto Solano, Fredy, Chicho y Omar, siento mucho la partida de Daniel y Norma; ellos físicamente ya no están en este mundo, se escaparon de nuestras vistas, pero jamás de nuestros corazones, que sus recuerdos de amor les traigan mucha paz, consuelo, pero sobre todo mucha fuerza.