Por: Eduardo José Tous De La Ossa
Como si se tratara de un mal chiste, Córdoba pasó de una Electricaribe que se excusaba en las lluvias para suspender el servicio de energía, tan solo cuando el cielo comenzaba a nublarse, a una Afinia, filial del Grupo E.P.M. que justifica las constantes interrupciones, culpando a los usuarios y la supuesta alta demanda ante la ola de calor que por estos días golpea al Departamento, en especial a su capital, Montería.
Aunque es comprensible que siendo una empresa nueva en la región, le corresponda organizar la casa con inversiones en infraestructura, fortalecimiento de redes y estabilización del servicio, más cuando su antecesor Electricaribe tuvo un paso nefasto de más de 20 años en los que nunca operó de manera óptima, lo que ha ocurrido en la última semana, nada tiene que ver con trabajos programados de mejoramiento.
Fluctuaciones en el fluido eléctrico, que ya han causado estragos en los electrodomésticos de centenares de usuarios, así como interrupciones durante al menos 4 noches consecutivas en diferentes barrios y corregimientos, que en algunas ocasiones se han extendido hasta horas de la madrugada, nos han hecho recordar los tiempos de la antigua Electrificadora de Córdoba y a la misma Electricaribe, al punto que muchos usuarios se aventuran a afirmar que se trata de la misma empresa, pero con otro nombre.
La situación ha llegado a tal punto, que entre el jueves y el viernes de esta semana se presentaron dos bloqueos en la vía que de Montería conduce a Cereté por parte de ciudadanos desesperados, ante lo que afirman no es más que un racionamiento no anunciado, en el que comunidades específicas son las más afectadas.
Otra de las quejas recurrentes de la ciudadanía, es el incremento en las tarifas de la factura de energía, caso en el que la empresa se lava las manos y tira la pelotica a la CREG, organismo encargado de la regulación de las mismas.
Recordemos que Afinia no solo es la encargada de prestar el servicio en Córdoba, sino además en los departamentos de Bolívar, Cesar, Sucre y algunos municipios de Magdalena, donde atiende un estimado de 1,5 millones de usuarios, a quienes se les vendió la llegada de E.P.M. como la gran solución a las falencias de Electricaribe, pero que a la fecha no han encontrado una gran diferencia, salvo algunos testimonios que reconocen un poco más de estabilidad.
Lo cierto es que las recientes fallas en el fluido eléctrico han comenzado a pasarle factura a la comunidad, ya que esto sumado a las altas temperaturas, tiene a muchos trasnochados, afectando de esta manera la productividad de una población que a duras penas, trata de recuperarse del golpe de la pandemia por Covid 19, y amenaza con menguar la competitividad de una región que por años ha tenido que cargar con la cruz de una muy irregular red eléctrica, y aún tienen sus esperanzas puestas en Afinia, que esperan no sea otro remedio vencido.
En lo personal espero que lo ocurrido recientemente, sea tan solo un impasse que pueda ser superado en la medida que avance el plan de inversión anunciado, de 8 billones de pesos en los próximos 10 años.