La parranda de más de 300 millones de pesos del destituido gobernador de Córdoba Edwin Besaile  

La parranda de más de 300 millones de pesos del destituido gobernador de Córdoba Edwin Besaile  

En medio de todas las problemáticas de corrupción que azotan a Córdoba, al destituido gobernador, Edwin Besaile, se le ocurrió armar una parranda en un prestigioso restaurante de Montería, en donde se habría gastado más de 300 millones de pesos para celebrar el bautismo de su pequeño hijo ‘Don Abraham’.

Este hecho causó indignación entre los cordobeses, quienes calificaron el evento de ostentoso y “fuera de lugar”, teniendo en cuenta que gracias a muchos de los hechos de corrupción en donde, presuntamente, es protagonista Besaile, el departamento de Córdoba quedó marcado y señalado por el resto del país.

Si bien es cierto, los estigmas no les han hecho justicia a los congresistas cordobeses, quienes a pasos cortos estaban tratando de dejar los escándalos de corrupción en el pasado, sin embargo, nuevamente en medios nacionales el departamento quedó tildado y juzgado por la “lujosa celebración” de un destituido gobernador por las irregularidades en el pago de medicamentos suministrados en enero de 2015 a supuestos pacientes con hemofilia.

Al ‘párrandón’ fue amenizado por el reconocido juglar vallenato, Poncho Zuleta, quien cobra alrededor de 35 millones de pesos por presentación, también estuvieron Jean Carlos Centeno, (25 millones de pesos), Luifer Cuello, (20 millones de pesos), Alfonso Stummo (15 millones de pesos) y de talla internacional, Andy Montañez, que estaría cobrando la ‘módica suma’ 60 millones de pesos.

Cabe resaltar que, los asistentes departieron hasta las 5:00 de la mañana del sábado 2 de febrero en el establecimiento ubicado en el norte de la capital cordobesa.

Finalmente, vecinos del sector aseguraron que esa noche se les dificultó salir de sus casas ya que el paso fue obstruido por el sinnúmero de vehículos de alta gama como Lexus, TXL, Toyota Sahara y los buses de las diferentes agrupaciones musicales, ya que estaban parqueadas en la entrada de las viviendas.