No precisamente por obra y gracia del espíritu santo resultaron embarazadas dos monjas luego de asistir a un viaje misionero en África.
Se estableció que, la primera en presentar estos síntomas de embarazo fue una religiosa de 34 años, la cual tuvo que ser revisada por un médico luego de sentir fuertes dolores abdominales.
Fue así como los galenos le manifestaron que se encontraba en estado de gestación.
Posteriormente, otra monja que era madre superiora, resultó embarazada y estos hechos se esparcieron rápidamente como pan caliente a nivel internacional.
Ante esta situación, la iglesia católica esta consternada y manifestaron que, “parece que ambas mujeres volvieron a sus países de origen y obviamente tuvieron algún tipo de encuentro sexual”.