Cuando el actual representante y aspirante al Senado por el partido Liberal, Fabio Raúl Amín Saleme, creía que todo estaba dado para consolidar el apoyo del grupo del exalcalde del municipio de Buenavista Félix Gutiérrez, este dio un giro de 360 grados.
Habían empapelado la ciudad y ‘habían jurado banderas’ a la candidatura roja de Amín y al candidato a la Cámara por esa misma colectividad, Andrés Calle. Sin embargo, esa unión demoró menos de lo que se pensaba.
El exmandatario de ese municipio, sin resquemor alguno, decidió ‘darle la patada’ a Amín para aliase con el aspirante al Senado por el partido de la U Jhonny Besaile y con Erasmo Zuleta, dupla que quiere seguir manejando los hilos del poder, tras el duro cuestionamiento que tienen Musa Besaile, hoy preso por haber sobornado a miembros de la rama judicial para que le archivaran una investigación por parapolítica, y a Mara Bechara, investigada también por irregularidades en la ejecución de un contrato de regalías.
Musa tiene tres investigaciones preliminares en la Corte Suprema por presuntos nexos con paramilitares, con Odebrecht y con el soborno a magistrados, pero también tiene a cuestas las declaraciones que ha dado en su contra el exgobernador Alejandro Lyons, quien le ha dicho a la Fiscalía que los dineros con los que pagó el soborno fueron fruto de la corrupción en Córdoba porque ellos habían acordado que la mitad de las coimas serían para él y la otra para Lyons.
Mara Bechara, la madre de Erasmo Zuleta, también es investigada y por ello permaneció recluida en la cárcel de Bogotá, sindicada de los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación en favor de terceros, concierto para delinquir y concusión.
Esa situación parece no importarle a algunos jefes políticos en Córdoba que hacen alianzas, a juicio de los analistas políticos, más por el dinero que puedan recibir que por las ideas que puedan mostrar a la comunidad para lograr un mejor nivel de vida de todos los colombianos.
La situación de Gutiérrez tampoco es la mejor. El exmandatrio tenía una orden de arresto por la presunta comisión de los delitos de corrupción electoral, concierto para delinquir y fraude en inscripción de cédulas, situación que lo obligó a huir por varios meses.