La recuperación de la dignidad política en el departamento de Córdoba es una de las grandes apuestas de la candidata a la Cámara por el Centro Democrático, Iliana Garzón.
La joven profesional reconoce que hacer política en Córdoba no es fácil, pero que es necesario recuperar el verdadero sentido de la política, haciendo propuestas que busquen el beneficio de todos los colombianos.
«Mi eslogan es Por el buen nombre de Córdoba porque queremos trabajar por el departamento», indicó la aspirante, quien ha recorrido palmo a palmo cada uno de los rincones de Córodba para mostrar un plan que busca generar cambios sustanciales en el nivel de vida de los colombianos.
Insiste en que aunque la gente perdió la credibilidad en la clase política de Córdoba por todos los escándalos en los que se ha visto envuelta en los últimos meses, también es posible recuperar esa dignidad.
Se refirió a la investigación que adelanta ahora la Corte Suprema de Justicia a 230 congresistas del país, por haber recibido cupos indicativos por parte del presidente Juan Manuel Santos con el fin de aprobar sus iniciativas. Defendió a los integrantes de Centro Democrático, señalando que ninguno de esos congresistas recibió un solo peso del Gobierno.
Garzón es una comprometida con las causas sociales del país. Dentro de sus metas está justamente asumir compromisos para garantizar la atención integral de los niños, la cual incluye nutrición y educación.
Se mostró como una defensora de la dignidad humana e insistió en que es necesario cumplir con los preceptos de Dios para actuar siempre de la mejor manera. «»La doctrina del partido Centro Democrático se alinea a la palabra de Dios», puntualizó.
Dijo que pueden evaluar cada una de sus promesas de campaña, pues todas ellas están ajustadas al cumplimiento estricto, pues no son falacias o mentiras para captar votos en temporada de campaña, sino el resultado de un compromiso con todos los colombianos.
Finalmente, calificó como una condición fundamental del país la seguridad, indicando que los colombianos tienen la oportunidad de retomar el rumbo. «No hagamos oídos sordos a la realidad y no dejemos que nuestros corazones sean tocados por la violencia», puntualizó.
