La víctima identificada como Erika Vargas Castillo, de 18 años, perteneciente a una comunidad indígena e integrante del Pueblo Carapana, de Mitú (Vaupés), denunció a una abogada de la ciudad de Bogotá que la esclavizó como empleada doméstica por más de 45 días sin importar que se encontraba en estado de embarazo.
Según la abogada de Vargas Castillo, Los hechos que sucedieron hace 4 años y 6 meses, cuando “la joven indígena, en estado de embarazo, decidió viajar a Bogotá porque José Walter Grisales González, le prometió un sueldo de 250 mil pesos mensuales, pero cuando llegó a la capital empezó su infierno. Fue advertida que por dos meses no recibiría salario porque debía pagar con su trabajo los pasajes de Mitú a Bogotá, que oscilaban en el valor de 400 mil pesos.
Haciendo aseo, accidentalmente rompió un plato decorativo de la casa y la señora manifestó que debía pagárselo y que su valor era de 5 millones de pesos. Es decir, tendría que trabajar 20 meses bajo esas condiciones para poder pagar la pieza decorativa”.
Asimismo, se estableció que la mujer que contrató a la joven nunca le pagó un solo peso, la mantenía encerrada bajo llave y no la dejó salir de la casa durante ese mes y medio.
Adicionalmente, la Fiscalía descubrió que pese a que estaba embarazada los dueños del inmueble no la afiliaron a ningún tipo de seguridad social, sin importar que ponía en riesgo la vida de su bebé, por lo que un juez condenó a 13 años de cárcel por el delito de trata de personas con fines de explotación bajo la modalidad de servidumbre a la mujer y la inhabilitó para ejercer como abogada en labores públicas por el mismo tiempo que estará privada de la libertad.
Cabe resaltar que este es un hecho histórico para el movimiento indígena como para el movimiento de mujeres en Colombia, pues es la primera condena por esclavitud de una empleada doméstica.