Para la defensa, ambos casos son “absolutamente equiparables” y se encontraban en la misma situación fáctica y aun así no se habrían tratado de manera proporcional. Y en su criterio, esto se debe a que es integrante de las comunidades negras “Ku Suto”. Incluso, envió un oficio a la corte en la que se certifica su pertenencia y una carta al tribunal que dice:
“La Sala Penal necesitaba un muerto y dentro del casting de la magistratura yo era el perfecto candidato, era el negro. Había otro candidato, pero era blanco, descartado. El prestigio del minotauro demandaba el sacrificio de un hombre vivo. Así que escogió al negro desde mucho antes de terminar el juicio. (…) A Luis Alfredo Ramos se le garantizó el debido proceso. Ni más faltaba, su origen y connotación le aseguró respeto por su dignidad humana”.
Para su defensa, el supuesto trato diferenciado frente a Luis Alfredo Ramos, fue “discriminatorio y odioso”, sin que se tuviera en cuenta que Morales sería un sujeto de protección especial constitucional en razón de su raza. “Mi representado se siente discriminado. Él siente que lo discriminaron, no encuentra una respuesta lógica, objetiva y razonable de por qué no pudo esperar la Corte un mes largo para enviar su proceso a la Sala Especial de Primera instancia como si lo hizo con ramos Botero”, agrega la tutela.
Morales Diz fue encontrado responsable de los delitos de concierto para delinquir agravado; tráfico, fabricación o porte de estupefacientes; tentativa de homicidio agravado; y porte ilegal de armas y munición de uso privativo de las Fuerzas Armadas. Morales Díz, quien fue absuelto por el delito de homicidio agravado, deberá pagar una multa de 46.600 salarios mínimos legales (más de $36 millones).