El jarillón recientemente construido por la Gobernación de Córdoba, con una inversión cercana a los 500 millones de pesos, no cumplió su objetivo y terminó rompiéndose y causando inundaciones en gran parte de la zona rural.
La boca que se abrió en el sector conocido como La Cantaleta, en el corregimiento de Nueva Esperanza, fue de 50 metros de longitud, lo cual causó una verdadera emergencia, pues el agua arrasó viviendas y cultivos.
De acuerdo con lo señalado por el director de la Unidad de Gestión del Riesgo, Fabián Lora, la obra se hizo con todas las especificaciones técnicas, pero los hacendados utilizaron el jarillón para el transporte de máquina pesada, lo cual ocasionó el debilitamiento del mismo y su posterior rompimiento.
Las zonas más afectadas están ubicadas entre Nueva Esperanza, zona rural del municipio de Pueblo Nuevo, y Marralú, zona limítrofe con Ayapel.
Hasta el momento no se ha podido cuantificar el número de damnificados porque el personal no ha podido ingresar a la zona a hacer el censo debido a que los niveles del río son muy altos y la corriente muy caudalosa.