Este viernes 4 de agosto, con gran euforia y alegría los ediles de Colombia, llegaron a las instalaciones de Ademacor de la ciudad de Montería para dar inicio a la versión 11 del congreso de los líderes comunales, evento en el que intercambiar experiencias sobre los procesos que adelantan en sus comunidades.
El evento que se desarrollará los días 4, 5 y 6 de agosto en la capital cordobesa inició con la llegada del vicepresidente Óscar Naranjo, el ministro de Justicia, Enrique Gil, la ministra de Vivienda, Elsa Noguera y el alcalde de Montería, Marcos Daniel Pineda, quienes sonrientes saludaban a los potenciales arrieros de votos del país y cómo no, sí son estos señores los mejores aliados de los políticos al momento de hacer política.
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El congreso fue instalado por Marcos Daniel Pineda, alcalde de la ciudad de Montería , quien manifestó sentirse orgulloso de tener a todos los líderes de Colombia en la Ciudad de Ensueño.
«Me llena de mucha alegría recibirlos en Montería, en la Ciudad de Ensueño de Colombia, espero que disfruten de este congreso tradicional e institucional que llega a su versión 11, gracias por venir y disfruten de este evento hecho para ustedes»
En la intervención del vicepresidente Óscar Naranjo, la situación se salió de todos los parámetros, los más de 1500 ediles que asistieron al evento, unidos en un solo coro no duraron en pedirle a Naranjo un pago por la labor que realizan.
Hecho que tomó por sorpresa al vicepresidente que no pudo controlar la situación que se presentaba, es decir lo ‘cogieron con los calzones abajo’.
Mientras los ediles cantaban «que nos paguen , que nos paguen» las caras de todo el equipo de trabajo era de sorpresa, no se les pasó por la mente que en pleno congreso, los ediles realizarían una petición de este tamaño.
Luego que la situación se normalizó, Naranjo le dijo a los asistentes que quería «ser responsable para no defraudarlos, que no se comprometía» pero si los invitó a que siguieran cultivando ese espíritu de liderazgo a los jóvenes para que sigan en el camino de la política. Es decir los ediles se quedaron con los ‘crespos hechos’.