Colombia la más educada 2025

Colombia la más educada 2025

Por: Sigifredo López Rojas.

No obstante que la educación es una de las tres columnas del Plan de Desarrollo de Colombia para el periodo 2014 a 2018, definitivamente no lo es para el mandatario Santos, al decirle al magisterio que no hay recursos financieros, ¿será porque la educación a financiar por parte del Estado es la de los estratos más bajos de la sociedad?

Puede sonar a discurso raído, pero haga el ejercicio, visite la zona rural de cualquier municipio para encontrar instituciones educativas que de eso, sólo tienen la denominación. Lo peor es que las comunidades se acostumbran a que sus hijos no tengan sillas para recibir la educación de calidad que proporciona el estado colombiano, si eso se convierte en una situación normal, es más natural aún que los estudiantes sigan haciendo las necesidades fisiológicas en los matorrales cercanos a los colegios y los profesores busquen acceso a servicios sanitarios en las casas vecinas a la institución, y en ese sentido, qué importa que no se cuente con biblioteca, zonas deportivas, culturales, aulas adecuadas y salas de informática funcionales para asumir los retos de la era digital, entre otros requerimientos mínimos para poder desarrollar acciones pedagógicas direccionadas a lo que proponen la mayoría de instituciones «formar integralmente.»

Pero no hay que ir tan lejos, en la misma zona urbana es común ver que los niños y jóvenes deben tomar los escasos alimentos que suministra el Estado sin tener la posibilidad de sentarse porque sencillamente no hay sillas, mucho menos comedores apropiados, situación que por cierto es tan indignante como tener que ir de salón en salón buscando una silla desocupada  para realizar las labores escolares.

Muchos se preguntan, ¿por qué es el paro de maestros? y creen que es porque no le han pagado al magisterio, también es por eso, han pasado 5 meses y los servidores públicos no han recibido el incremento salarial del presente año, sin embargo los costos de la canasta familiar subieron, el IVA subió, los servicios públicos subieron y cada vez pierde poder adquisitivo el ingreso de los docentes, que por cierto es la remuneración más baja de todos los servidores públicos del Estado colombiano.

¿Cómo se puede brindar un servicio educativo de calidad con sueldos de miseria, sin infraestructura adecuada ni recursos pedagógicos? ¡Pregúntele a los Santos!

Lo que yo sí sé es que, para garantizar la permanencia de la misma minoría de familias como dirigentes de nuestro país, se mantiene a la mayoría de la población en la pobreza, hasta en la miseria absoluta y eso se logra sin educación de calidad.

Y entonces, ¿quién podría poner fin a este círculo vicioso? La respuesta es obvia: a la clase dirigente no le conviene romperlo y los más pobres no tienen el poder adquisitivo para pagar una alimentación balanceada que les permita ser competitivos, mucho menos costear una educación privada, quedando como única alternativa la ofertada en nuestras instituciones oficiales, la cual no brinda garantías para lograr la tan anhelada calidad que nos permita convertirnos en Colombia la más educada 2025, tal vez logremos adiestramiento para responder pruebas, pero la más educada y con el argumento que no hay recursos, debo dudarlo.

Acompañé una marcha de los maestros durante 4 horas y me parece que hay que nutrir más estos encuentros, aunque los docentes que se quedan en casa también serán beneficiados de las acciones sindicales, es necesario ser coherentes y apoyar las causas, más aún cuando se está sindicalizado.

Es en este contexto que se viene desarrollando desde el 11 de mayo el paro nacional de educadores y desde la mirada realista con la que he escrito esta nota debo decir que las soluciones que se requieren demandan inversiones que el Estado se niega a realizar, presentándose un panorama de incertidumbre sobre la reanudación de actividades laborales por parte de los educadores.

En mayo del año 2015 cuando se realizó el anterior paro nacional de educadores quedó un sin sabor en muchos maestros porque la Federación Colombiana de Educadores cedió ante el gobierno nacional, entregando algunos de los beneficios que estaban próximos a conquistarse.

Para bien de las mayorías populares que acuden al servicio educativo oficial del país, en esta oportunidad se espera mayor firmeza para alcanzar los objetivos propuestos,  para poder empezar a vislumbrar la Colombia más educada.

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