Después de 31 años, nuevamente un papa llega al séptimo país con más católicos en el mundo, nuestra amada Colombia, el pontífice argentino, Jorge Mario Bergoglio decidió emprender un periplo por Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, desde hoy miércoles 6 hasta el domingo 10 de septiembre.
Francisco, de 80 años de edad, será el tercer pontífice que haga un viaje apostólico a Colombia. Curiosamente, cuando los otros dos representantes de Cristo en la tierra llegaron al país cafetero, la situación no era la mejor, por el contrario; la guerra, el narcotráfico y un sin número de grupos armados estaban enfrentando con muerte al gobierno.
Como se recordará, cuando Pablo VI llegó a Bogotá, el 22 de agosto de 1968, unos jóvenes creyentes iban monte adentro abrazando las banderas del ELN, todavía adoloridos por la muerte en combate, dos años antes, del sacerdote Camilo Torres, quien marcó el inicio de un acercamiento a posturas revolucionarias, que culminó con el abandono del sacerdocio y la incorporación a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (1965). Llamado desde entonces “El Cura Guerrillero”, Camilo Torres Restrepo fue abatido por el Ejército colombiano apenas un año después, en su primer enfrentamiento armado.
Después de esa visita, el arribo de san Juan Pablo II, en julio de 1986, se produjo cuando aún estaban frescas las huellas de la avalancha que sepultó a más de 25.000 personas en Armero, así como las del asalto del M-19 al Palacio de Justicia.
Hoy la llegada de Francisco agarra a Colombia por un mejor momento, en comparación con los anteriores, ya que después de medio siglo de una confrontación armada que dejó 300.000 muertos y 6 millones de desplazados, fue firmado el acuerdo de paz con las Farc. El papa vendrá única y exclusivamente a traer un mensaje de reconciliación, paz y esperanza para las víctimas del conflicto y los desplazados.
El papa saldrá desde Roma a las 4:30 de la madrugada (hora colombiana) y llegará a Bogotá a las 4:30 de la tarde. Donde iniciará su gira por Colombia para motivar a los creyentes que “den el primer paso”.