A punta de firmas, más de 600 personas buscan inscribirse al Senado y a la Cámara

A punta de firmas, más de 600 personas buscan inscribirse al Senado y a la Cámara

Más de 650 colombianos escogieron el camino de las firmas para postularse como candidatos al Senado (374), y a la Cámara de Representantes (280), en las legislativas del 2018.

La ‘fismitis’ se ha convertido en un fenómeno que nunca se había visto en unas elecciones, esto provocado por el desgaste y falta de credibilidad de los partidos tradicionales colombianos. Así lo afirmó el exregistrador delegado para Asuntos Electorales de Colombia, Alfonso Portela. «La avalancha de grupos que recogen firmas para el Congreso tiene el mismo reflejo de lo que está ocurriendo con las candidaturas presidenciales, debido al desgaste de los partidos y a su crisis, que viene desde hace mucho tiempo”.

Hoy, en la calle hay 82 grupos están recogiendo firmas. Hasta ahora, solo para Senado, 374 personas de diferentes grupos ciudadanos, entre los que están víctimas del conflicto y de ataques con ácido, cristianos y personas del común, están recogiendo firmas para avalar su inscripción. Otros 280 van por la Cámara. De avalarse todas las inscripciones, esta sería la primera vez desde que existe la figura del aval con firmas que un número tan elevado de personas aspiran a obtener curules en el Capitolio por fuera de los partidos políticos.

El que pega primero, pega dos veces.

Muchas personas consideran que este fenómeno de la ‘firmitis’, además de mostrar una nueva etapa de la política en Colombia, también es considerada como una estrategia de los candidatos que le suma tiempo a las campañas, porque el hecho de recoger firmas y estar en contacto con la gente «políticamente hablando» meses antes de que se inicie el periodo para hacer campaña, pone a estos postulantes en la delantera frente a los otros candidatos.

Sin embargo, el factor dinero, el reconocimiento y ganar los votos, no es tarea fácil para sacar adelante una candidatura al Congreso. Estos elementos suelen actuar como arma de doble filo.

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