A la hora de cometer un atraco o asesinar alguien, el piloto más rápido especialista en escapes bajo persecución policial y preferido por los sicarios de Barranquilla es Juan Carlos Niño Marchena, alias ‘Mamaperra’.
Creció en el Barrio San Felipe, de la ciudad de Barranquilla, donde le colocaron el repulsivo apodo tras encontrarlo en plena adolescencia en un acto zoofílico, desde ahí es conocido con el seudónimo de «Mamaperra». Este hombre es el más buscado desde hace casi una década.
En su juventud, ‘Mamaperra’ se dedicó la mecánica de motos, oficio en el que conoció a los clientes que eran participes de hurtos y actos de sicariato; en el 2009 se da a conocer en el mundo delictivo por tráfico y porte ilegal de armas de fuego y un señalamiento por tentativa de homicidio.
En ese entonces, un Policía que estuvo en el incidente y fue baleado por ‘Mamaperra’ agregó que, “a las 3:15 de la mañana la Central nos alertó sobre un atraco en proceso. Acudimos al lugar y a pocos metros del sitio abrieron fuego contra nosotros. Recibí tres impactos de bala en el abdomen, por fortuna llevaba chaleco antibalas”.
En ese mismo año, fue capturado por hurtar dinero y equipos celulares, luego pasó desapercibido unos años, hasta que en el 2012 atracó una bomba de gasolina, intimidando con arma de fuego a los empleados. En el 2013 cayó nuevamente por porte ilegal de armas. En el en 2015 baleó a un joven de 17 años que presenciaba el asalto que ‘Mamaperra’ le hacía a su padre, quién era pensionado de la Policía y le propinó un disparo en el pecho.
Tras ser capturado, Niño Marchena, enamoró a una psicóloga que se encontraba haciendo las prácticas en la cárcel, con la cual tuvo su tercer hijo. Él tiene con su esposa dos hijas.
El crimen reciente en el que se encuentra vinculado, lo realizó el 15 de junio del presente año, donde habría asesinado a un abogado de 23 años, Alejandro Ruiz Noriega, por robarle el celular. El lamentable hecho ocurrió en el barrio los Nogales.
La policía pidió celeridad y contundencia en los procesos judiciales en su contra, porque siempre queda libre por vencimiento de términos.