La vida del mayor de la Policía Nacional, Héctor Fabio Murillo Rojas, se desmoronó en un segundo luego de ser capturado por sus mismos compañeros tras sostener un vínculo directo con el abatido Luis Eduardo Padierna, alias “Inglaterra”, tercero en la línea de mando del Clan del Golfo, sin duda alguna, uno de los más buscados por las autoridades.
Pese a las campañas que realiza la Policía, “yo no pago, yo denuncio”, “informar paga” o “todos por un país seguro y en paz”, la comunidad cada día cree menos en la Institución, y no precisamente por el miedo a los delincuentes, sino a los mismos uniformados como el mayor Murillo que ciertamente, gracias a él, 24 policías fueron asesinados en el denominado “Plan Pistola”, con armas a información que suministraba a la organización criminal.
Según la Fiscalía, “El mayor de la Policía Nacional adscripto a la seccional Antioquia se encargaba del manejo y la consecución de las armas de fuego para los diferentes atentados que se hicieron en el plan pistola en Antioquia”
Murillo llevaba 12 años trabajando en la Policía. Se venía desempeñando como jefe del Modelo Nacional de Cuadrantes, cargo que, según la Fiscalía, le hacía más fácil coordinar las labores que realizaba al servicio del Clan del Golfo.
Por esta influencia del grupo armado y organizado dentro de la Policía, es que las diferentes operaciones que se llevaban a cabo nunca prosperaban, por varios años consecutivos, las autoridades intentaron darle captura a alias “Inglaterra” y a otros cabecillas pero nunca eran contundentes, tras comprobarse el nexo de este importante uniformado con el Clan, descubrieron que todo el tiempo fue él quien suministraba información para protegerlos.
Incluso, según un informe del diario Al Día, “En las labores de interceptaciones telefónicas la Policía escaneó una llamada en la que queda claro que en junio del año pasado ‘Inglaterra’ se sometió en Medellín a una operación de baipás gástrico, con la que logró rebajar 40 kilos. Según esa misma información, el mayor Héctor Fabio Murillo se encargó personalmente del traslado del capo desde Urabá a la clínica de Medellín donde le practicaron la cirugía”.
También revelaron que, “Le garantizó la seguridad allí y en el posoperatorio, luego estuvo al frente de regresarlo a su refugio. Otra de las funciones del oficial conocido en la estructura delictiva como Gafas, era la de proveer armamento a Padierna y su grupo. Las negociaciones las hacían en Tumaco y Buenaventura, e incluía munición y armas de largo y corto alcance”.
El mayor de la Policía Héctor Fabio Murillo Rojas fue imputado por los delitos de concierto para delinquir agravado y prevaricato por omisión agravado. Desde el fin de semana se encuentra recluido en la cárcel de Itagüí.