Ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios

Ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios

Hector LópezPor: Héctor A. Enríquez López

Twitter: @HectorEnriquezL

Y fue así como el soberbio Rey Herodes envió emisarios para asesinar a los recién nacidos en Belén buscando ampliar su poder y demostrar que siempre ganaba.

Y fue así como Nacional envió casi 30 jugadores a Japón para ganarles a todos los equipos que se atravesaran en su camino buscando demostrar que a todos les ganaba.

Con esta analogía propia de la época decembrina deseo analizar un poco lo sucedido con un equipo que hasta hace quince días hacía las cosas bien. Se accidentó el avión donde viajaba el Chapecoense, Nacional tomó un loable gesto al solicitar que la Copa Sudamericana fuera entregada a dicha escuadra brasilera, evento que sigo aplaudiendo; hasta ahí iba bastante bien el equipo antioqueño, un buen gesto que no es sinónimo de humildad (virtud que poco caracteriza al onceno paisa).

Recibir a sus rivales exhibiendo en el gramado donde se compite los trofeos que ningún otro equipo en Colombia tiene no es humildad, así como tampoco lo es lo que se ha visto recientemente por parte del actual campeón de la Copa Libertadores.

Nacional toma la decisión de enviar a las semifinales de la Liga Águila un equipo de jóvenes, esto aduciendo su compromiso en el Mundial de Clubes a celebrarse en tierra asiática.

Primer irrespeto, dieron por cerrado el torneo colombiano o simplemente se creyeron tan superiores que pensaron que iban a ganar fácilmente con jugadores de 17, 18 y 19 años, algo totalmente absurdo. Menospreciaron a un equipo bogotano que derrotó casualmente cuatro meses atrás a un equipo japonés en una “tal” Copa Suruga, precisamente a uno llamado Kashima Antlers, quien para gran cantidad de hinchas verdolagas era un equipo muy chico.

Posterior al partido en mención, donde Santa Fe realizó un trabajo serio y derrotó 0 – 4 a Nacional (así hayan sido jóvenes la camiseta era la misma, esos juveniles también representaban a Nacional de Medellín), sale el profesor Rueda a decir erróneamente que era una vergüenza de la Dimayor.

No profesor Reynaldo, la vergüenza fue de Nacional quien por creerse superior a todos los equipos del rentado local enviaron a un puñado de jugadores en formación como carne de cañón a enfrentarse al actual campeón de la Suruga Bank. Efectivamente fue una vergüenza.

Previo al viaje para disputar el Mundial de Clubes, los jugadores de Nacional se veían bastante confiados, hablaban incluso del partido ante el Real Madrid, creyeron ganar sin haber jugado ante el equipo japonés, deseaban marcar a Cristiano, Benzema y James, pero olvidaron que primero debían frenar a Suzuki, Endo y Doi, una total falta de humildad al igual que lo mostrado por la hinchada, quienes desde junio sacaron en el Atanasio pancartas con tipografía japonesa reemplazando las tradicionales. Se ufanaban de jugar contra el Real Madrid, esto sin haber clasificado a la final. Resultado, ahora irán por el tercer puesto.

Nacional venía haciendo las cosas muy bien hasta hace dos semanas, tiempo en que lo construido durante todo el 2016 se vino al piso, en la memoria de los seguidores del fútbol no quedará la final de la Copa Libertadores ante Independiente del Valle, ni la alegría del viaje a Japón, ni mucho menos una vuelta olímpica. En la retina del espectador quedarán las dos derrotas por goleada ante Santa Fe por cuatro goles y ante Kashima Antlers por tres, y además quedará la sensación de haber tenido un eventual triplete del que no se obtuvo ningún rédito.

En tiempos de navidad, donde debe reinar la paz, los hinchas de Nacional así como el mismo equipo no tuvieron regalo navideño, pero si deben tener una importante reflexión y orar al Niño que nace en los corazones de millones de creyentes cada 24 de diciembre alabándolo con una única petición: “ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios”.

PD: Después del partido leí varios comentarios de hinchas de muchos equipos, pero en especial de hinchas verdes, donde desahogaban su frustración, la cual es normal, agrediendo a otras hinchadas. Por favor, demuestren que el dolor y la camaradería que manifestaron frente a la tragedia del Chapecoense no era algo mediático sino real, no agredan cuando ganan y no lo hagan cuando pierdan, hagámoslo por un fútbol en paz. #NoMásViolenciaEnElFútbol

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