La cachetada del Jilguero

La cachetada del Jilguero

Roberth AnguloPor Robert Angulo

La producción musical «Patrimonio Cultural» del jilguero de América Jorge Oñate, me recuerda con cierta nostalgia a la última producción del más grande, el cacique de la junta, Diomedes Díaz, la cual título «La Vida del Artista»; producciones como esta nos transportan a épocas de antaño, cuando se le cantaba al amor, a la poesía, a la vivencia, a la naturaleza, a los hijos. Temporadas donde no existía tanto vallenato «desechable» como en la actualidad.

Sin duda alguna es una cachetada del Jilguero a la nueva generación, solo maestros como él, producen, seleccionan, componen e interpretan temas para conservar nuestro patrimonio y de paso demuestran que la experiencia no se improvisa, que el vallenato, vallenato, no está en vía de extinción, que la decadencia del mismo, es culpa de los nuevos artistas y compositores que se han dedicado a producir música comercial con fines lucrativos, pero que al final terminan convertidos en pequeñas estrellas fugaces que brillan, pero al poco tiempo desaparecen.

Ahora los nuevos intérpretes le apuestan a la internacionalización y eso es respetable, lo que no se concibe ni es aceptable es que desdibujen nuestro género y no lo lleven en su concepto original, esa mescolanza de vallenato-pop, vallenato-reguetón  para mí, desnaturaliza y pone en peligro inminente nuestro folclor.

Los maestros Jorge Oñate, Poncho Zuleta, Diomédes Diaz (q.e.p.d) entre otros, conservando sus raíces han recorrido el mundo, tienen un reconocimiento mundial, y jamás han cambiado el concepto ni la originalidad del vallenato, con ello se han catapultado en lo más alto del pedestal y a la vez se han mantenido vigentes en el tiempo.

Hoy no existe valor por la música, el único incentivo es el «económico», y parece que por ese, están dispuesto a destruir el folclor, no pedimos que hagan lo mismo que hacían los juglares hace 50 años, por qué entendemos que la música ha evolucionado, pero que respeten el origen del mismo y mantengan el equilibrio. Si quieren interpretar otro genero es aceptable, es una decisión de carácter personal, y le auguramos el mejor de los éxitos, bien podrán marcharse al club de reguetoneros.

Todo lo que hacen los intérpretes en la actualidad contribuye a la extinción o mutación del único genero autóctono y por el cual nos reconocen en el mundo, acabando con una expresión cultural, con una idiosincrasia, con unas raíces y con el tesoro más preciado que tiene nuestra región Caribe.

Por eso valoró el trabajo musical de Jilguero de América, que no es más que la expresión autóctona del vallenato, ya se nos fue Diomedes y nos dejó un gran legado que debemos conservar, pero que la nueva ola parece no haber entendido, por eso le pedimos al padre celestial que a Oñate no los proteja y lo conserve por mucho tiempo, por qué si se lo lleva, quedaremos con puro, pra, pra, pra, solo pin pon pan, pan, pan, ahora y que glu, glu, glu, están matando mi vallenato.

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