Duvan Vergara Hernández es un futbolista monteriano que nació el 9 de septiembre de 1996 en la cuna de una familia humilde en la que Silvia, su madre, tuvo que hacer rifas para poder comprarle guayos cuando la situación económica no era la mejor, mientras Eliecer su padre, escolta de profesión, trabajaba de igual forma por mantener el hogar.
A primera vista Duvan parece ser un jugador como los demás, de esos que son entradores y “mamadores de gallo”, pero cuando enlazas una conversación con él te das cuenta que es un joven “tímido y silencioso”, como él mismo se califica. “Siempre he sido muy callado pero en el fútbol ya es diferente, con el balón se demuestra todo”.
Y es que como él lo dice, con su forma de jugar se demuestra todo. Fue así como a pesar de su timidez el fútbol le sonrió y logró demostrar en la cancha lo que sus palabras no explicaban, demostración que vio David Carrascal, actual director de Ilusión Naranja, cuando él jugaba en la escuela Pase Sport, lo que significó que llegara a Envigado FC en noviembre del año 2013.
“A mi papa siempre le gustó el boxeo y el béisbol, pero desde pequeño el fútbol era lo que me llenaba. Por eso cuando estaba jugando la Copa Samsung en Sincelejo David se asombró con mi forma de jugar”. Asombro que también tuvo el privilegio de darse España, pues cuando tenía 15 años Duvan viajó con Pase Sport a Catalunya para jugar con equipos españoles y de Qatar. Además, de esta experiencia le quedaron recuerdos de haber visto a los más importantes jugadores del Barcelona FC. Lo que según él fue lo que más le marcó.
De su primera experiencia a los 11 años cuando estuvo en Academia de Bogotá ya no quedaba nada, su madurez deportiva fue suficiente para que la timidez no le jugara una mala pasada cuando llegó al plantel “naranja”, lo que le significó empezar a entrenar con el equipo de primera categoría cuando apenas llevaba una semana en la ciudad y un año después ser parte del equipo profesional.
Oportunidad que el joven monteriano no ha desaprovechado, pues tiene claro que de esa institución han salido jugadores como James Rodríguez, lo que lo motiva a dar lo mejor de sí para llegar algún día hasta allá. “…y seguir el ejemplo de James y Falcao, y si Dios lo permite llegar a la Selección Colombia”, deseo que solo de la mano del creador seguramente cumplirá.
A Duvan le gusta asistir a la iglesia cristiana en sus tiempos libres y como muestra de ello luce con orgullo un tatuaje que le hizo un amigo suyo en su antebrazo izquierdo, arte que ilustra dos manos orando y el rostro de Jesucristo con la leyenda “familia”, pilares importantes en su carrera y vida.
Los tatuajes son otra de las aficiones del delantero cordobés, pues cerca de su hombro izquierdo tiene uno que dice “ser feliz es gratis”, y en su pie y mano izquierda los nombres de sus padres (Eliecer y Silvia), respectivamente. Imágenes que ha plasmado en su cuerpo y que según él dice: “aunque a muchas personas no les gusta, a mi si por el significado que tienen”.
Dentro de esas aficiones que lo hacen diferente a los demás, está su amor por la champeta. “Me gusta mucho la champeta de todo tipo y celebro los goles con eso, se bailarla y aunque no tengo voz para cantarla, la canto”. Por eso cuando hace un gol su timidez desaparece del estadio y su cuerpo se deja llevar de la cultura caribeña.
La cocina está dentro de sus aficiones, pero lo que no puede dejar de un lado es su amor por el fútbol, pues en sus tiempos libres va a ver jugar a Atlético Nacional junto con su hermano Yohiner, pues los dos tienen una muy buena relación con el tierraltense Miguel Ángel Borja, quien les regala boletas para entrar al Atanasio Girardot.
Duvan nunca dejará de soñar, dentro de sus metas más cercanas está hacer parte del Junior de Barranquilla, equipo que sigue desde pequeño, pero a grandes rasgos su gran ilusión es ir a Europa a conformar un equipo español o inglés, y por qué no, ser tan grande como uno de los jugadores del top 5 de sus ídolos del fútbol, Ronaldinho, Ronaldo Nazário, Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar.
Quienes nunca dejarán de sentirse orgullosos de Duvan son su familia, conformada por Silvia Hernández Garrido (madre), Eliecer Vergara Pastrana (padre), Evelyn Vergara Hernández (hermana) y Yohiner Vergara Hernández (hermano), este último quien manifiesta que “es indescriptible verlo jugar. Cuando uno es el que está jugando no siente nada, pero cuando veo a mi hermano la sensación de orgullo es grandísima y eso es algo que te llena”.
Sin duda alguna otro talento de exportación cordobés que seguramente seguirá dejando en alto el deporte del departamento, tal y como lo han hecho otros grandes deportistas de la región como Miguel Ángel Borja o Leicy Santos, quienes son ejemplo para los niños de que los sueños con esfuerzo y dedicación si se cumplen.