En el Ángelus papa Francisco pidió por la paz de Venezuela

En el Ángelus papa Francisco pidió por la paz de Venezuela

El papa Francisco pidió por la paz de Venezuela. Luego de rezar el Ángelus, frente a la iglesia San Pedro Claver de Cartagena, se refirió a la vecina nación y expresó su cercanía a cada uno de los hijos de esa amada nación y también a los que han encontrado en Colombia un lugar de acogida.
«Desde esta ciudad, sede de los Derechos Humanos, hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre solución a la grave crisis que se está viviendo», indicó el máximo jerarca de la iglesia católica.
En medio de una sencilla y fervorosa ceremonia hizo lo que tradicionalmente ocurre en el Vaticano: rezar la oración que además rinde tributo a la Virgen María. «Todos juntos rezaremos el Ángelus, recordando la encarnación del Verbo. Y pensamos en María, que concibió a Jesús y lo trajo al mundo», dijo el papa.
Narró la historia
Para nadie es un secreto que el Papa siente una profunda devoción por la Virgen. En Cartagena, en medio de una mañana tibia, pero no ardiente como de costumbre, contó la historia de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de los colombianos.
Textualmente hizo un recuento que quedó plasmado en las siguientes palabras:
«Fue entonces cuando una mujer sencilla, la primera devota de la Virgen de Chiquinquirá, que según la tradición se llamaba María Ramos, vio en esa tela algo diferente. Tuvo el valor y la fe de colocar esa imagen borrosa y rajada en un lugar destacado, devolviéndole su dignidad perdida. Supo encontrar y honrar a María, que sostenía a su Hijo en sus brazos, precisamente en lo que para los demás era despreciable e inútil.
De ese modo, se hizo paradigma de todos aquellos que, de diversas maneras, buscan recuperar la dignidad del hermano caído por el dolor de las heridas de la vida, de aquellos que no se conforman y trabajan por construirles una habitación digna, por atender sus necesidades perentorias y, sobre todo, rezan con perseverancia para que puedan recuperar el esplendor de hijos de Dios que les ha sido arrebatado.
El Señor nos enseña a través del ejemplo de los humildes y de los que no cuentan. Si a María Ramos, una mujer sencilla, le concedió la gracia de acoger la imagen de la Virgen en la pobreza de esa tela rota, a Isabel, una mujer indígena y a su hijo Miguel, les dio la capacidad de ser los primeros en ver trasformada y renovada esa tela de la Virgen. Ellos fueron los primeros en mirar con ojos sencillos ese trozo de paño totalmente nuevo y ver en este el resplandor de la luz divina, que transforma y hace nuevas todas las cosas. Son los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez. Ellos, pobres y sencillos, fueron los primeros en ver a la Virgen de Chinquinquirá y se convirtieron en sus misioneros, anunciadores de la belleza y santidad de la Virgen».
Exaltó a San Pedro
El Papa se refirió al santo que ayudó a los esclavos y dijo lo importante que era un abrazo en un momento de dificultas.
«Efectivamente, san Pedro Claver ha testimoniado en modo formidable la responsabilidad y el interés que cada uno de nosotros debe tener por sus hermanos. Este santo fue, por lo demás, acusado injustamente de ser indiscreto por su celo y debió enfrentar duras críticas y una pertinaz oposición por parte de quienes temían que su ministerio socavase el lucrativo comercio de los esclavos».
Sostuvo que todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos.
Pidió que oraran a la Virgen para que nos haga descubrir en cada uno de los hombres y mujeres de nuestro tiempo el rostro de Dios.

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