El río Sinú, una arremetida imparable

El río Sinú, una arremetida imparable

Por: Robert Ángulo Santos.

El río Sinú, es considerado como la arteria fluvial más importante de Córdoba, recorre 350 kilómetros y baña 17 municipios del departamento, su nacimiento es en el Nudo del Paramillo en el sur de Córdoba, y desemboca en Boca de Tinajones, luego de aquel cambio intempestivo, cuando en la década de los años 40-50 desembocaba en la Bahía de Cispatá.

La cuenca del Sinú cubre un área de 15.600 Km2 que comprende los municipios de Tierralta, Valencia, Montería, San Carlos, Cereté, Ciénaga de Oro, San Pelayo, Purísima, Lorica, Momil, Chimá, San Andrés de Sotavento, Sahagún, Chinú, Moñitos, San Bernardo del Viento y San Antero.

Año tras año  el departamento de Córdoba sufre las consecuencias del invierno, la crecientes Sinú han causado dolorosas y dramáticas tragedias,  recordamos con tristeza las ocurridas en los años 1988, 1995 y 2007 por mencionar algunas, cuando  incluso se hicieron movilizaciones nacionales para  conseguir ayuda a los damnificados.

Hoy estamos viviendo una situación similar a la de hace algunos años, El Sinú día a día aumenta su caudal y las pérdidas son incalculables. En San Pelayo el Monumento a las Aguadoras está hasta los tuétanos, en Lorica la ciudad señorial sus hermosas murallas sumergidas en el agua, en San Bernardo del Viento no se ve Boca Mireya, y como dato curioso hoy en Montería amaneció inundada la Ronda del Sinú, el parque lineal más grande de Sudamérica, orgullo turístico de la «Perla del Sinú», solo por mencionar algunas de las zonas afectadas, sin desconocer la situación de otro punto de la geografía de Córdoba como lo es, el San Jorge cuyos municipios también se ven afectados por el desbordamiento del río que lleva su mismo nombre.

Lo único cierto es que las cifras revelan 6.000 damnificados y 30.000 afectados, la tendencia es al aumento. La gente está desesperada, sus cosechas están perdidas, el llanto es interminable, los estragos por las inundaciones se sienten cada día más. Hoy ante la imparable arremetida del Sinú, los ribereños solo miran con tristeza como pierden lo que algún día les brindó estas fértiles tierras, pero que infortunadamente hoy por un mismo hecho de naturaleza lo pierden.

La geografía cordobesa presenta dos zonas fácilmente diferenciables: una plana y otra montañosa, esto facilita que los fenómenos naturales causen mayores estragos más en unos municipios que otros, está situación es conocida por todas las autoridades, no es un problema nuevo, es un problema de antaño.

Ayudar a los damnificados es una tarea del Gobierno y de las autoridades departamentales y municipales, pero esa no es la solución al problema, tenemos que apostarle es a solución definitiva. Si bien el «río Sinú es una «botella de dos litros pero la naturaleza la rellena con tres»,  debe existir un compromiso serio del Gobierno Nacional y realizar inversiones que permitan neutralizar o mitigar la embestida del majestuoso afluente, que siempre termina rompiendo las mismas bocas e inundando a los mismos pueblos.

El Gobierno Nacional debe entender que esto no se resuelve con pañitos de agua tibia, se necesitan proyectos de gran envergadura, inversiones reales. No permitan que se acabe con los sueños de la gente, los ribereños no deben marcharse de sus tierras, hay que crearles las condiciones dignas para su supervivencia, entiendan que cuando ellos salen a bloquear las vías nacionales para exigir la presencia e inversión de las autoridades, es por qué no tienen otra opción distinta, es la única forma de llamar la atención de este Gobierno indolente para con nuestra región. No podemos permitir que Córdoba se sumerja ante la mirada inhóspita de este Gobierno.

#necesitamosaccionesya

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