Según advertencias realizadas por la Defensoría del Pueblo, cuatro comunidades del departamento del Cesar, y tres del Norte de Santander se encuentran en estado de vulneración frente a la accionar de estos grupos guerrilleros, al parecer, se rompió un “pacto” entre las dos organizaciones.
Frente a la situación, La Defensoría del Pueblo, le pidió al Ministerio del Interior y a varias entidades estatales, la protección de estas poblaciones en riesgo.
El terror asecha a las comunidades rurales del de Cesar y Norte de Santander, los habitantes viven en incertidumbre, pensando que se agudice la problemática entre los grupos guerrilleros, desatando una inminente confrontación armada, lo que generaría una grave crisis humanitaria en estos territorios.
Municipios como Pelaya, Pailitas, Chimichagua y Curumaní, en Cesar; así como de Teorama, Convención y El Carmen, en Norte de Santander, son los que corren peligro.
Documentos, informes y escritos de la Defensoría, señalan cómo estas zonas han sido un botín para los grupos al margen de la ley, por la constante lucha para tomar el control de los cultivos de hoja de coca para uso ilícito.