Andrés Regino Vega Gómez anciano de 79 años de edad y residente en el barrio La Granja de Montería decidió encadenarse con lágrimas en sus ojos en la puerta de la Caja de Compensación Familiar, Comfacor, parta exigir unos exámenes y medicamentos que son vitales para él ya que padece cáncer de próstata, osteoporosis y diabetes.
“Yo necesito una autorización para que me entreguen una inyección que se llama Acetato de Leuprolide de 44.25 que es la que me formula el médico a mí y que desde hace 10 años me está tratando yo tengo artritis, osteoporosis, diabetes y cáncer pero con el favor de Dios yo sé que se van a perder todas”, expresó Vega Gómez.
Don Andrés además explicó que deben realizarle una gammagrafía ósea, una prueba de medicina nuclear la cual se inyecta en una de sus venas e indica el avance del cáncer o afectaciones en los huesos del cuerpo.
Y agregó, “el medicamento no me lo han dado porque no lo hay y esa fue la ira que me dio a mí porque es cada seis meses que necesito la inyección. Es que yo sabía que el medicamento se iba a acabar, entonces el doctor me reconoció y veo la fórmula que dice 11. 15 yo me llené de rabia”.
“Yo me devolví y le pregunté ¿doctor esto qué es?, me dijo, ya lo formulé esa es la inyección, yo enseguida le dije; doctor ¿Cuánto se gana usted por cada paciente que se muera? ¿Se los paga el seguro o la funeraria? Él me pidió respeto, pero yo le dije, le estoy diciendo la verdad y eso no es delito”, dijo
Por su parte, el médico Bernardo Ustas Díaz, funcionario de la entidad, dijo, “él decía que tenía una autorización pendiente por una gammagrafía ósea, la autorización ya se entregó, pero el proveedor dijo que no las estaba haciendo porque dependían del Ministerio de Minas porque utilizan unos materiales que son de difícil acceso, logramos conseguir la cita con él y ya la tiene para el día viernes donde se hará la gammagrafía ósea”.
Ustas manifestó, “también comentó que había unos medicamentos que no se le habían entregado, le pedimos la autorización para entregarle los medicamentos pero no las tiene en la mano, dice que las tiene un hijo u otra persona, y nos ha dificultado que le entregamos las autorizaciones, en un momento ya se le había entregado las autorizaciones y hace falta entregarle el medicamento”.
El galeno siguió argumentando, el paciente tiene de próstata y se le entrega una ampolla de Leuprolide de 2,5 miligramos, de la cual también se le dio la autorización de lo que le ordenó el especialista, pero en la farmacia donde entregan le dijeron que no había esos milímetros. Él fue a preguntar nuevamente y le dijeron que le daban una de 1,5 milímetros que es menos. “A nosotros ya no nos concierne eso, nosotros autorizamos la que el especialista autorizó”, indicó.
¿Al darle una inyección de menos o más no afectaría la salud del paciente?
Ustas Díaz explicó, “Sí, lo que pasa es que él no acudió acá donde nosotros para que le dijéramos que fuera de nuevo al especialista para que el dijera si podía aplicarse la de menos miligramos o seguía con otro tratamiento. Nosotros le indicamos que ni nosotros podemos cambiarla, ni el proveedor de la farmacia puede cambiarla, solo puede hacerlo el especialista tratante”.
Finalmente, el médico expresó que el cáncer conlleva varias enfermedades, hay metástasis a huesos, a las articulaciones e incluso al hígado. Por lo anterior iniciaron los trámites para entregarle la autorización y tiene la cita para el día viernes 31, donde se le va a realizar la gammagrafía ósea logrando que Andrés Regino Vega Gómez se desencadenara.