Los “médicos” también se mueren

Los “médicos” también se mueren

Hector LópezPor: Héctor A. Enríquez López

Twitter: @HectorEnriquezL

Y volvió por fin la esperada Liga Águila 2017, la ilusión del hincha nuevamente nace, esperando culminar con una heroica gesta por parte del equipo de “sus amores”. Regresa la alegría, el color, la felicidad, la tristeza y el llanto pero también regresan las acciones inadecuadas para el espectáculo y para el ejemplo que deberían dar las figuras públicas.

Para empezar, horrible que Nacional haya pedido aplazar su partido frente a Santa fe, pero más horrible aún que la Dimayor se preste ante los caprichos del nuevo “niño rico” del fútbol colombiano. Está bien que Nacional representó al país y al continente en el Mundial de Clubes, pero eso fue el año anterior, para 2017 todos los equipos deben ser medidos con el mismo rasero, Nacional sin compromiso presente simplemente solicitó el aplazamiento de su partido por capricho, actitud de sobradez y que demuestra que los pesos provenientes de la organización de las bebidas azucaradas mandan en la Dimayor y por ende en la Liga; no es un punto negro en la organización, es una mancha negra ¡ENORME!

Una enorme felicitación a Jaguares de Montería, evidenciando que pueden volver el Jaraguay una auténtica fortaleza, derrotando por primera vez en su historia al Deportes Tolima y vislumbrando pasajes de posesión de pelota; excelente debut en la Liga.

Pasada la primera fecha me encanta ver el regreso a la máxima categoría del América de Cali, estadio a reventar, totalmente vestido de rojo escarlata, de ese rojo que nunca debió irse pero que afortunadamente ya regresó, no pasó del empate pero al menos en el 2017 está presente, debe ser un proceso prudente y de paciencia para no regresar a la B.

Muy bien por Envigado, Bucaramanga y en especial Pasto, equipos totalmente nuevos (en especial los dos últimos) pero que ganaron en la primera fecha mostrando pasajes de buen fútbol y que permiten pensar en gestas importantes en el presente año.

Buen y sorpresivo inicio el de Equidad y Tigres, los primeros derrotaron al Junior dando muestras de un buen trabajo táctico por parte de Arturo Boyacá, mientras el recién ascendido aferrado a sus pocas posibilidades en el Palogrande, trajo un valioso punto que le permite pensar en poder mantener la categoría si continúa cosechando puntos fuera de su “casa” y trabajando bien en la altura capitalina; fueron las sorpresas de la fecha.

Huila y Patriotas dividieron honores mostrando que son equipos que inician un torneo lentamente y a los que les está costando salir de la pretemporada, mejor Patriotas consiguiendo un punto en el calor de Neiva.

Del partido restante hay que decir, un partido parejo donde se impuso el rojo antioqueño sobre el azul capitalino, pero lo más relevante de dicho encuentro es que se presentaron dos momentos que nadie desea ver en un gramado, primero la horrible pelea entre Juan Fernando Quintero y Cristian Marrugo, quienes ante la cámara pelearon, se insultaron y poca afección les generó tan bochornosa situación, totalmente reprobable esta conducta para dos jugadores emblemáticos que deben dar ejemplo, en especial a los niños que inician el camino de hinchas o de jugadores de fútbol, esta no es la actitud propia de un profesional.

El otro caso tiene nombre propio, Nicolás Vikonis, capitán de Millonarios y jugador “insignia” de la nómina actual del “embajador”. Quiero recordar al señor Vikonis que los hinchas de un equipo son eso, hinchas, que ninguno va a un estadio de fútbol a recibir dinero, como si lo hacen los jugadores, hoy Vikonis está en Millonarios, así como antes estuvo en Patriotas, en Bucaramanga y tal vez mañana esté en otro club sin tener un sentimiento hacia la casaca que defiende actualmente, pero los hinchas, ese hincha a quien el arquero azul escupió seguirá ahí, en la tribuna y con el corazón teñido del color de su equipo amado.

Le recuerdo Nicolás que ese hincha, al igual que todos los hinchas que asisten con ilusión a un estadio pagan una boleta haciendo un gran esfuerzo pues ninguno gana lo mismo que usted en el equipo que ellos aman, ganan 10, 20, o incluso 100 veces menos y de ahí sale parte del dinero para pagar su seguramente elevado salario. El hincha tiene derecho a exigir y el jugador está en la obligación de respetar y de dar ejemplo como figura pública.

A usted doctor Vikonis (lo digo por su profesión intelectual que es la psicología), se le fueron las luces y en esta situación una disculpa no basta, como dice una popular canción de un cantante guatemalteco, “rezando tres padres nuestros el asesino no revive a su muerto”, en este caso una disculpa impersonal por Twitter no borra la nefasta conducta que se evidenció por parte suya. Seguramente desde ayer usted tendrá un seguidor menos gracias a su violenta acción, motivo que me hace recordar el dicho popular “los médicos también se mueren”.

PD: Los jugadores son seres humanos, con sentimientos pero nada justifica el ejemplo violento en un país donde hay muertos por causa del fútbol, la paz empieza en los gramados. #NoMásViolenciaEnElFútbol.

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