En un encuentro con adultos mayores en Bucaramanga el pasado viernes 29 de agosto, el presidente Gustavo Petro sorprendió con duras críticas a la Casa de Nariño, sede del Gobierno. El mandatario aseguró que no se siente cómodo en ese espacio, al que calificó como “horrible, mal hecho y frío, como un París en invierno”. Sus palabras arrancaron risas y aplausos de los asistentes al evento.
Petro insistió en que no busca rodearse de lujos ni de la élite política, sino estar cerca de la gente común. “Quiero estar en el corazón de la gente humilde, no me gustan los clubes ni los lugares exclusivos”, expresó mientras señalaba que su mayor satisfacción como presidente es compartir con las multitudes que lo acompañan.
El jefe de Estado también recalcó que no pretende perpetuarse en el poder, pues, según él, quienes se vuelven “adictos” a este terminan mal. “Voy a morir feliz porque me recordará la felicidad que me daba sentirme entre multitudes”, concluyó en un discurso cargado de simbolismo, con el que buscó dejar claro que su prioridad no es la Casa de Nariño, sino la cercanía con la ciudadanía.