La tranquilidad de Amalfi, Antioquia, se vio interrumpida este miércoles tras un ataque armado contra un helicóptero de la Policía Antinarcóticos, que dejó siete muertos y seis heridos de gravedad. La aeronave cumplía una misión de traslado de personal para erradicar cultivos ilícitos en la zona, cuando fue blanco de disparos en pleno despegue. Tanto el presidente Gustavo Petro como el ministro de Defensa, Iván Velásquez, rechazaron lo ocurrido y confirmaron que se trató de una acción criminal contra la Fuerza Pública.
De acuerdo con las autoridades, en esa región hacen presencia grupos armados como el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las Farc, lo que la convierte en un corredor estratégico del narcotráfico. La comunidad de Amalfi permanece atemorizada y en confinamiento por los constantes enfrentamientos y el recrudecimiento de la violencia que golpea el nordeste antioqueño.
El helicóptero atacado hacía parte de dos aeronaves enviadas a la zona rural. Una logró cumplir la misión sin contratiempos, mientras que la otra fue derribada al regresar por el personal que estaba siendo hostigado en tierra. Este hecho refleja la compleja situación de orden público en la región y reabre el debate sobre los diálogos de paz con estructuras criminales, en medio de la política de “paz total” que impulsa el Gobierno.