María Corina, al mando de los buques estadounidenses

María Corina Machado al mando de un buque estadounidense, navegando hacia las costas venezolanas en busca de “la libertad”. Aunque ficticia, la imagen ha encendido las redes sociales en medio de una escalada real: Estados Unidos ha desplegado tres destructores y un escuadrón anfibio con más de 4.500 militares frente a Venezuela, en lo que se considera el mayor movimiento militar en la región desde la invasión a Panamá en 1989.

La Casa Blanca justifica la operación como parte de una ofensiva contra el narcotráfico, señalando al gobierno de Nicolás Maduro como cabecilla del Cartel de los Soles, una organización que Washington ha calificado como “narcoterrorista”. En respuesta, Maduro ha activado un plan de defensa nacional con 4,5 millones de milicianos, prometiendo “fusiles y misiles” para proteger la soberanía venezolana. La tensión ha alcanzado niveles críticos, con alertas de viaje emitidas por EE.UU. y llamados internacionales a evitar una confrontación directa.

La imagen de María Corina, aunque simbólica, se ha convertido en un ícono de la narrativa opositora: una mujer al timón, entre buques de guerra, representando el deseo de cambio. En redes, el montaje ha sido interpretado como una metáfora de liderazgo, intervención y esperanza. Mientras tanto, el gobierno venezolano denuncia una “guerra psicológica” y acusa a EE.UU. de fabricar una narrativa para justificar una invasión.

Con el Caribe convertido en tablero geopolítico, la pregunta que flota en el ambiente es si esta operación militar será solo una demostración de fuerza o el preludio de una acción más contundente. En medio del ruido de motores y discursos encendidos, la imagen de María Corina en el buque se instala como símbolo viral de una Venezuela que, entre amenazas y promesas, sigue buscando su rumbo.