El avión privado que transporta a Maduro despegó rumbo a Cuba y volvió a regresar a Maiquetía

En las últimas 48 horas, al menos cinco aviones privados han despegado desde el Aeropuerto Internacional de Maiquetía con destino a zonas cercanas a la frontera con Colombia. Los vuelos, realizados en intervalos cortos y desde terminales privadas, han coincidido con una mayor presencia de vehículos oficiales y operativos de seguridad, lo que ha desatado especulaciones sobre una posible desbandada de altos funcionarios del chavismo ante una crisis interna.

A este contexto se suma un episodio aéreo que ha encendido aún más las alarmas: la noche del martes, el avión VIP de Nicolás Maduro, matrícula VCV3502 de Conviasa, despegó rumbo a La Habana, Cuba, pero realizó un recorrido en círculos antes de regresar inesperadamente a Maiquetía. Observadores de tráfico aéreo y analistas políticos plantean interrogantes inquietantes: ¿Se arrepintió Maduro en pleno vuelo? ¿Fue rechazado por Cuba? ¿O se trató de una maniobra para probar los radares del Comando Sur de EE. UU., que ha intensificado su presencia militar en el Caribe como parte de una operación antidroga que muchos interpretan como cerco diplomático?

El congresista estadounidense Carlos Giménez afirmó que “el régimen de Maduro se está quebrando” y que varios colaboradores cercanos al mandatario ya han huido del país. Estas declaraciones coinciden con el aumento de la recompensa por la captura de Maduro, acusado por Washington de liderar una estructura narco-terrorista, y con el rechazo público de Cuba a lo que considera una “maniobra injerencista” de EE. UU.

Hasta el momento, no hay pronunciamiento oficial sobre el incidente aéreo ni sobre los vuelos privados desde Maiquetía. Sin embargo, fuentes no confirmadas sugieren que funcionarios de segundo nivel estarían preparando salidas discretas ante un posible giro político. Las próximas horas podrían ser decisivas para entender si estos movimientos representan una fractura interna o simples maniobras de seguridad. Lo cierto es que el cielo venezolano está más vigilado que nunca.