El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez recuperó su libertad este martes 19 de agosto, luego de que la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá fallara una tutela a su favor y dejara sin efecto la orden de detención domiciliaria impuesta el 1° de agosto por el Juzgado 44 Penal. Aunque la condena por soborno y fraude procesal sigue vigente, el alto tribunal consideró que la medida vulneraba su derecho fundamental a la libertad individual, permitiéndole enfrentar el proceso en libertad mientras se resuelve la apelación.
La reacción del exmandatario no se hizo esperar: “Cada minuto de mi libertad lo dedicaré a la libertad de Colombia”, escribió en X, en un mensaje breve pero cargado de intención política. En contraste, sectores de izquierda manifestaron su desacuerdo con la decisión judicial, anunciando que apelarán el fallo y recordando que Uribe sigue condenado. El ambiente político se calienta, especialmente porque el líder del Centro Democrático ha intensificado sus críticas al gobierno Petro y ya mueve fichas para las presidenciales de 2026.
La libertad de Uribe no solo reconfigura el tablero judicial, sino que también reactiva su protagonismo político. Desde su casa en Rionegro, el exsenador retoma el discurso de defensa nacional, busca reemplazo para las banderas del fallecido senador Miguel Uribe y convoca a la derecha a reagruparse. En medio de la polarización, su caso se convierte en símbolo de una batalla jurídica con sabor a campaña, donde cada paso tiene eco en las urnas y en las redes.