En el marco de su precandidatura presidencial, el abogado Abelardo De La Espriella lanzó una serie de propuestas y advertencias que han encendido el debate político en Colombia. Durante declaraciones ofrecidas en agosto de 2025, el aspirante aseguró que el futuro económico del país está directamente ligado a la caída del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Según De La Espriella, ese escenario abriría las puertas a un “periodo dorado” para Colombia, mientras que su permanencia obligaría a declarar una emergencia económica para enfrentar lo que califica como el “desastre” heredado del gobierno de Gustavo Petro.
Como parte de su plan de choque, De La Espriella anunció que reduciría en un 40 % el tamaño del Estado, eliminando miles de cargos que considera innecesarios en la administración pública. Esta medida, según él, busca sanear las finanzas y recuperar la eficiencia institucional. Además, fue enfático en que su eventual gobierno no mantendría relaciones diplomáticas con Venezuela, Nicaragua ni Cuba, países que, según sus palabras, protegen a criminales prófugos de la justicia colombiana.
En materia de orden público, el precandidato defendió el derecho a la protesta pacífica, pero advirtió que responderá “con mano de hierro” ante cualquier acto de violencia o vandalismo. Esta postura se alinea con su discurso de seguridad, en el que ha prometido combatir la criminalidad con firmeza, incluso mediante acciones militares contra grupos armados ilegales.
Finalmente, De La Espriella dejó abierta la posibilidad de alianzas con otros sectores de derecha y mencionó que podría ofrecer la fórmula vicepresidencial a Tomás o Jerónimo Uribe, hijos del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Aunque se ha distanciado del Centro Democrático, reafirma su afinidad con el uribismo y busca consolidar un bloque opositor que, según él, “salve al país” de la crisis institucional actual.