La tensión en Caquetá volvió a subir. En los últimos días, ganaderos de la región denunciaron haber recibido cartas de las disidencias de las FARC en las que los citan a un encuentro en San Vicente del Caguán, bajo el argumento de apoyar la “reapertura de la mesa de diálogos de paz”. Lo más llamativo es que la invitación viene acompañada de exigencias: aportar dinero, llevar hamacas, alimentos y hasta pancartas para la reunión programada para el 22 y 23 de agosto.
Según los testimonios, aunque en la misiva se habla de una asistencia “voluntaria”, la realidad es distinta. “Aquí no hay ni Dios ni ley, la única ley son ellos mismos”, contó uno de los ganaderos que prefirió guardar su identidad. El grupo armado, liderado por alias Calarcá, asegura que la convocatoria busca exigir el cumplimiento de acuerdos con el Gobierno nacional, pero detrás de la retórica se esconde un nuevo mecanismo de presión contra la población rural.
El propio gobernador de Caquetá, Luis Francisco Ruíz, alertó sobre la gravedad de la situación. Reconoció que él mismo ha sido víctima de extorsión y que su familia también ha sufrido amenazas y atentados. Para el mandatario local, la capacidad de acción de los grupos armados está creciendo y, aunque no existan zonas de distensión oficiales, en la práctica hay territorios donde la Fuerza Pública no logra ejercer control.