En plena audiencia de su juicio, el expresidente de Perú, Pedro Castillo, sorprendió con un mensaje que encendió el debate en la región. Desde el penal de Barbadillo, donde cumple detención preventiva, aseguró que sigue siendo el presidente legítimo de su país y pidió a varios mandatarios incluido Gustavo Petro unirse a lo que él llamó “una guerra” contra la corrupción, la violencia y el saqueo. Sus declaraciones se dieron mientras era interrumpido por la jueza, y no tardaron en viralizarse en redes.
El llamado de Castillo ocurre en medio de tensiones entre Colombia y Perú, luego de que Petro desconociera la jurisdicción peruana sobre una isla en el río Amazonas, asunto que el gobierno de Dina Boluarte calificó como un irrespeto a la soberanía. La disputa territorial por la isla Santa Rosa, ubicada en la triple frontera con Brasil, ha sido un punto sensible que reaviva roces diplomáticos entre ambos países.
No es la primera vez que Petro y Castillo cruzan caminos políticos. En 2022, tras el fallido intento de autogolpe del exmandatario peruano, el presidente colombiano pidió a la CIDH medidas cautelares en su favor, asegurando que se habían vulnerado sus derechos políticos y judiciales. Ahora, el polémico llamado “a la guerra” añade un nuevo capítulo a esta relación, que mezcla la política interna de Perú con las tensiones diplomáticas en la región amazónica.