La muerte del senador colombiano Miguel Uribe Turbay no solo sacudió a Colombia, también generó una reacción inmediata desde Washington. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, se pronunció este lunes 11 de agosto con un mensaje directo y cargado de condolencia: “Con profunda tristeza nos enteramos del trágico fallecimiento del senador colombiano @MiguelUribeT. Estados Unidos se solidariza con su familia y el pueblo colombiano, tanto en su duelo como exigiendo justicia para los responsables”. El alto funcionario, cercano al gobierno republicano, calificó el crimen como una amenaza a la democracia y pidió celeridad en las investigaciones.
Rubio publicó su declaración en la red social X, en medio de una ola de reacciones internacionales que condenan el magnicidio ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá. El senador estadounidense subrayó que este tipo de ataques no solo destruyen vidas, sino que socavan los pilares democráticos de la región. “La violencia política no puede tener cabida en América Latina”, expresó en otro mensaje, instando a las autoridades colombianas a esclarecer los hechos y sancionar a los responsables materiales e intelectuales.
El respaldo de Estados Unidos no se limita al duelo: es también una advertencia. Rubio, quien ha liderado posturas firmes frente a la defensa de la institucionalidad en el continente, dejó claro que el asesinato de Uribe Turbay debe ser investigado con transparencia y rigor. Su pronunciamiento se suma al de otros líderes internacionales que han exigido garantías para el ejercicio político en Colombia, en medio de un contexto marcado por el aumento de la violencia contra figuras públicas.
Con este mensaje, Marco Rubio convierte el caso de Miguel Uribe Turbay en un asunto hemisférico. La solidaridad expresada no es solo diplomática: es política, estratégica y simbólica. Porque cuando se atenta contra la vida de un líder democrático, el eco del crimen no se queda en casa: retumba en el mundo.