En un anuncio que sorprendió a muchos, el presidente Gustavo Petro reveló que su gobierno mantiene conversaciones de paz fuera de Colombia con el Clan del Golfo, grupo criminal que él mismo ha señalado como parte de la llamada “Junta del Narcotráfico” y que, según ha dicho, incluso ha intentado atentar contra su vida. Entre los objetivos de alto valor de esta organización están alias Chiquito Malo y Iván Mordisco, por quienes el Gobierno ofrece recompensas millonarias.
Pese a este diálogo, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró que las operaciones militares y policiales contra el Clan del Golfo siguen en pie. La estructura, que se autodenomina Ejército Gaitanista de Colombia, busca posicionarse políticamente para obtener beneficios judiciales, pero continúa involucrada en actividades criminales y con presencia armada en varias regiones del país.
Documentos e imágenes en poder de las autoridades muestran que el grupo ha fortalecido su capacidad operativa, con entrenamientos militares en zonas como el Magdalena Medio, modernos fusiles y equipos de comunicación. Este panorama despierta preocupación en la Fuerza Pública, que advierte que la ofensiva no se detendrá mientras persistan las acciones ilegales de esta organización.