El sur de Bolívar vive una de sus peores crisis humanitarias en años. En los municipios de Montecristo, Arenal, Cantagallo y Santa Rosa, más de 5.000 personas permanecen confinadas, sin acceso a alimentos ni medicinas, por los intensos enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo. La Defensoría del Pueblo denunció el desabastecimiento, mientras que autoridades locales afirman que sus capacidades están completamente desbordadas.
La violencia incluye ataques con drones cargados de explosivos, que han dejado seis militares heridos y un soldado muerto. Los grupos armados ilegales buscan controlar zonas estratégicas de minería, generando terror y paralizando la movilidad entre comunidades. “Nos han dejado solos, sin herramientas para enfrentar esta situación tan compleja”, declaró Manuel Berrío, secretario de Seguridad de Bolívar, quien confirmó que en La Marizona, jurisdicción de Santa Rosa, hay comunidades atrapadas desde hace más de doce días.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa asegura que mantendrá operaciones ofensivas para recuperar los corredores viales y proteger a la población civil. El ministro Pedro Sánchez advirtió que “los ataques con drones por parte del cartel del ELN intentan desabastecer y aislar a la población para avanzar en su avaricia criminal”.
La Defensoría del Pueblo instó a los actores armados a cesar toda acción que ponga en riesgo la vida e integridad de los habitantes. En medio del fuego cruzado, Bolívar clama por atención urgente: los civiles atrapados siguen esperando respuestas concretas del Gobierno Nacional.