Bukele se asegura con reelección presidencial indefinida; “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”.

En una maniobra relámpago, el Congreso de El Salvador aprobó este jueves una reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida y extiende el mandato de gobierno de cinco a seis años. Con 57 votos del oficialismo y apenas tres en contra, se eliminó la segunda vuelta electoral y se sincronizaron los comicios presidenciales, legislativos y municipales para 2027. La medida allana el camino para que Nayib Bukele continúe en el poder más allá de 2029, pese a que la Constitución salvadoreña prohibía expresamente la reelección inmediata hasta hace poco.

La reforma afecta cinco artículos clave de la Carta Magna (75, 80, 133, 152 y 154), y fue aprobada sin estudio previo ni debate parlamentario. El artículo 152, por ejemplo, ya no impide que quien haya sido presidente en el período anterior vuelva a postularse, mientras que el artículo 80 deja de sancionar a quienes promuevan la reelección. “Este día ha muerto la democracia en El Salvador”, denunció la diputada opositora Marcela Villatoro, mientras Human Rights Watch advirtió que el país “recorre el mismo camino que Venezuela”.

Bukele, quien gobierna desde 2019 y fue reelegido en 2024 con más del 85% de los votos, ha consolidado un modelo de poder absoluto, respaldado por una Asamblea Legislativa que responde a su partido Nuevas Ideas. Su popularidad, cimentada en una agresiva política de seguridad contra las pandillas, ha sido utilizada como escudo frente a las críticas por autoritarismo y violaciones a derechos humanos.

Aunque el mandatario aún no ha confirmado si buscará un tercer mandato, la vía está despejada. “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”, dijo Bukele en junio, en medio de denuncias por detenciones arbitrarias y exilio forzado de periodistas. La democracia salvadoreña, según analistas, ha sido rediseñada para servir a un solo rostro: el del “dictador más cool del mundo mundial”, como él mismo se autodenominó.