Una operación militar en el corazón selvático de Bojayá, Chocó, dejó al descubierto una escuela clandestina del ELN donde menores de edad eran entrenados para manejar drones cargados con explosivos. El hallazgo, confirmado por el Ejército Nacional, reveló una estrategia de guerra cada vez más sofisticada y aterradora: niños convertidos en pilotos de mu3rte, guiados por alias ‘Norbey’, un explosivista formado en Venezuela que llegó al país hace dos meses para implementar el curso.
Durante el operativo, las tropas incautaron cuatro drones, cartillas con tácticas de ataque, armas de largo alcance y explosivos, además de videos que muestran a los menores recibiendo instrucciones para lanzar cargas desde el aire. La escuela pertenecía al frente Manuel Hernández El Boche, una de las estructuras más activas del ELN en el Pacífico colombiano. Según inteligencia militar, los drones eran adquiridos por internet y enviados desde Medellín directamente a los campamentos guerrilleros.
Pero el horror no termina ahí. Días antes, en Lloró, otro campamento del mismo frente fue desmantelado, donde se halló una emisora clandestina y propaganda ideológica usada para el reclutamiento forzado de menores. Dos integrantes del grupo se desmovilizaron voluntariamente, mientras otros, señalados por homicidios recientes, lograron escapar. Las autoridades advierten que esta nueva modalidad de guerra aérea artesanal podría escalar en los próximos meses, poniendo en riesgo a comunidades enteras.
El Ejército y la Policía Nacional han reiterado su compromiso de continuar las operaciones hasta desarticular por completo estas estructuras criminales. Sin embargo, el uso de tecnología civil para fines bélicos y la participación de menores en estos entrenamientos representan una grave violación al Derecho Internacional Humanitario.