Destrozaron a la mancha política más grande de Colombia, el Uribismo

Este lunes 28 de julio se vivió uno de los momentos más tensos de la política colombiana; la lectura de sentencia contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, una figura que durante décadas ha marcado el rumbo del país, para bien o para mal, según a quién se le pregunte. Mientras la jueza exponía los argumentos del caso por presunto soborno a testigos, en redes sociales empezaron a circular mensajes cargados de emoción y reflexión.

Uno de ellos, con tono melancólico, decía: “Lo lograron. Finalmente lo rompieron. Destrozaron a alguien que no merecía el odio.” Aunque el expresidente no estuvo presente en la sala, su figura, su legado y su movimiento político el uribismo se sintieron más que nunca. En medio de aplausos de unos y el silencio desconcertado de otros, muchos vieron esta audiencia no solo como un juicio jurídico, sino como el cierre simbólico de una era.

Las publicaciones que circulan en redes deja ver la visión de quienes lo han seguido durante años: lo ven como un líder cercano, fuerte, pero humano, que hoy enfrenta uno de los capítulos más duros de su vida pública. El juicio no ha terminado, pero ya dejó huella. La frase “¿Ya están felices?” retumba en redes como una crítica al juicio social y político que, más allá de las pruebas, parece querer sepultar un símbolo.