Astronomer, la empresa tecnológica especializada en orquestación de datos, anunció la suspensión inmediata de su CEO, Andy Byron, y de la directora de Recursos Humanos, Kristin Cabot, luego de que ambos fueran captados en actitud íntima durante un concierto de Coldplay en Boston. El momento, registrado por la famosa “kiss cam” del estadio Gillette, se viralizó en redes sociales y desató una ola de especulaciones sobre una presunta relación extramarital entre los ejecutivos, ambos casados con otras personas.
La compañía emitió un comunicado oficial en el que subrayó su compromiso con los valores y la cultura organizacional: “Nuestros líderes deben marcar la pauta tanto en conducta como en responsabilidad”, afirmó la junta directiva, que además confirmó la apertura de una investigación formal para esclarecer los hechos. En paralelo, se designó a Pete DeJoy como CEO interino mientras se evalúan las consecuencias administrativas del caso.
Astronomer, que recientemente recaudó 93 millones de dólares en una ronda de inversión Serie D y reportó un crecimiento del 292% en su plataforma Astro, enfrenta ahora una crisis reputacional que pone en entredicho la ética de sus altos mandos. El escándalo ha generado reacciones dentro y fuera del sector tecnológico, y ha puesto en el centro del debate la relación entre vida privada y liderazgo corporativo.