Mientras en Colombia se investiga quién está detrás del atentado que dejó al senador Miguel Uribe en grave estado, las miradas apuntan con fuerza a la Segunda Marquetalia. Las autoridades aseguran que su máximo jefe, Iván Márquez, lejos de estar escondido o enfermo, vive a sus anchas en la frontera con Venezuela, en una finca con ganado, lujos y un escuadrón de al menos 25 escoltas armados hasta los dientes.
Según inteligencia, Márquez sigue moviendo los hilos del grupo criminal que fundó tras el fallido proceso de paz. Aunque delegó parte del mando a su mano derecha, alias el Zarco Aldinever, sigue dando órdenes, ya sea a través de mensajeros o incluso desde un iPhone cuando hay urgencias. Entre ellos y otros jefes como Jhon 40 y Marulanda hijo, mantienen una red que se alimenta de narcotráfico, minería ilegal y control violento de zonas estratégicas.
La Segunda Marquetalia no solo sigue activa, sino que está en plena disputa territorial con otros grupos armados como el ELN y las disidencias de Iván Mordisco. Mientras tanto, Márquez y sus socios viven cómodos y bien protegidos, dirigiendo sus operaciones desde la sombra y ampliando su poder a través de estructuras como la Teófilo Forero y la Jesús Santrich.