Una nueva tormenta sacude el Ministerio de Igualdad y Equidad: Támara Ospina, viceministra de la Mujer, presentó su renuncia tras enfrentar más de 30 denuncias por acoso laboral, racismo y violencia institucional. Las acusaciones, respaldadas por al menos 14 exfuncionarios, describen un ambiente laboral “insostenible” y comportamientos agresivos por parte de la funcionaria. El presidente Gustavo Petro aceptó su salida mediante el decreto 0766 del 4 de julio, en medio de una creciente presión pública y movilizaciones de trabajadores que exigían respuestas.
Las denuncias comenzaron a llegar desde abril a la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y al despacho del ministro Carlos Rosero. Entre los testimonios más graves se encuentra el de una contratista que acusó a Ospina de agresión física durante una reunión, además de múltiples señalamientos por discriminación hacia funcionarios afrocolombianos. La exviceministra, por su parte, sostiene que es víctima de una campaña de desprestigio y que no se le ha garantizado el debido proceso.
La salida de Ospina se suma a una larga lista de crisis que han golpeado al Ministerio desde su creación: baja ejecución presupuestal, excesivos gastos administrativos y falta de resultados concretos. El cambio de liderazgo de Francia Márquez a Carlos Rosero tampoco ha logrado estabilizar la entidad, que ahora enfrenta un vilo jurídico tras las observaciones de la Corte Constitucional sobre su legalidad presupuestal.
Con esta renuncia, el gabinete de Petro vuelve a tambalear. La designación provisional de Olga Lucía Fuentes como encargada del Viceministerio de la Mujer no ha calmado los ánimos, y muchos se preguntan si el presidente podrá sostener una cartera que, lejos de garantizar igualdad, parece multiplicar los escándalos. ¿Se le desmorona el gabinete al mandatario? En redes, ya lo llaman el “Ministerio del caos”.