En plena Cumbre sobre Financiación al Desarrollo, el presidente Gustavo Petro volvió a encender la polémica, esta vez con el mandatario francés Emmanuel Macron. Durante su intervención, Petro lanzó duras críticas al norte global, acusando a las potencias del G20 de usar el miedo al migrante como estrategia electoral y de haber acaparado vacunas y recursos durante la pandemia, dejando al sur global “esperando limosnas”.
El mandatario colombiano aseguró que el debate ambiental ha sido desplazado por discursos antimigrantes, impulsados por el ascenso de la extrema derecha en países de mayoría blanca. Sus palabras, cargadas de tono ideológico, no pasaron desapercibidas y generaron incomodidad entre varios asistentes al evento.
La respuesta de Macron fue inmediata y contundente. El presidente francés exigió respeto y cuestionó el enfoque de Petro, acusándolo de simplificar la realidad política europea. “Nunca le di lecciones a alguien del sur y es un poco extraño recibir lecciones de alguien del sur, porque simplemente viene del sur”, sentenció Macron, dejando claro que no toleraría sermones disfrazados de diplomacia.
Una vez más, Petro optó por la confrontación en un escenario internacional, dejando en evidencia su estilo incendiario que, lejos de construir puentes, genera tensiones. Mientras el mundo busca consensos para enfrentar crisis globales, el presidente colombiano parece más interesado en protagonizar choques ideológicos que en tender la mano al diálogo.