Trump inaugura cárcel para migrantes que esta rodeada de caimanes y culebras

En medio de protestas y polémica internacional, el expresidente Donald Trump inauguró este martes el centro de detención “Alligator Alcatraz”, una megacárcel para inmigrantes indocumentados ubicada en los pantanos de los Everglades, Florida. Con capacidad para 5.000 personas, el complejo está rodeado de caimanes, serpientes y cocodrilos, lo que las autoridades han descrito como una “barrera natural” para evitar fugas. “Si escapan, no corran en línea recta”, bromeó Trump, haciendo gestos de zigzag mientras hablaba con la prensa.

El centro fue construido en apenas dos semanas sobre una pista de aterrizaje abandonada, y se perfila como el símbolo más extremo de la política migratoria de línea dura que Trump ha prometido intensificar si regresa a la Casa Blanca. “Solo hay una entrada, y la única salida es un vuelo sin retorno”, advirtió la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. El gobernador Ron DeSantis, presente en la inauguración, lo describió como “el lugar más seguro del país… para los que no queremos aquí”.

La instalación ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, ambientalistas y comunidades indígenas, que denuncian condiciones inhumanas y la militarización del control migratorio. A pesar de las protestas, Trump celebró el centro como un “modelo de eficiencia” y prometió que será clave en su plan de deportar hasta un millón de personas al año. “Esto es lo que pasa cuando se cruzan nuestras fronteras ilegalmente”, sentenció.

“Alligator Alcatraz” no solo ha encendido alarmas por su ubicación en un ecosistema frágil, sino también por el tono deshumanizante con el que ha sido presentado. Mientras tanto, el Congreso debate un proyecto de ley que podría ampliar los fondos para este tipo de centros. La pregunta que queda flotando entre caimanes y cámaras es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos para cerrar sus puertas?