Mikayla Raines, fundadora de Save A Fox y reconocida por su incansable labor en el rescate de animales exóticos, falleció a los 29 años tras quitarse la vida. La activista, que dedicó su existencia a dar segundas oportunidades a zorros, mapaches y lémures, fue víctima de una intensa campaña de acoso en redes sociales que terminó por quebrar su salud mental. Su esposo, Ethan Raines, confirmó la noticia entre lágrimas, describiéndola como “la persona más desinteresada e inspiradora” que había conocido.
Desde los 15 años, Mikayla supo que su misión era proteger a los más vulnerables. En 2017 fundó Save A Fox, que se convirtió en el mayor santuario de zorros en Estados Unidos, rescatando a cientos de animales de granjas peleteras y situaciones de abandono. Con más de 2,4 millones de suscriptores en YouTube y una comunidad global que admiraba su trabajo, su impacto fue tan profundo como silencioso era su sufrimiento.
Detrás de los videos virales y las sonrisas con sus animales, Mikayla libraba una batalla interna, el odio en línea proveniente incluso de colegas del mundo animalista se volvió insoportable. “Difundieron rumores, la atacaron sin piedad… y ella, con su corazón tan sensible, no pudo más”, relató Ethan.
Hoy, su legado sigue vivo en cada zorro rescatado, en cada vida que tocó con su ternura. Su esposo ha prometido continuar su misión, mientras miles de personas alrededor del mundo lloran su partida. Mikayla deja una hija pequeña, Freya, y una comunidad que ahora se pregunta: ¿cómo es posible que alguien que dio tanto, recibiera tan poco consuelo cuando más lo necesitaba?