El más reciente informe de la ONU reveló que Colombia cerró el 2023 con 253 mil hectáreas de cultivos de coca, lo que representa dos terceras partes del total mundial. A pesar de que el Gobierno Nacional presume avances en incautaciones, el crecimiento en la producción de cocaína y la expansión de los sembradíos principalmente en zonas controladas por disidencias armadas plantea serios retos para la política antidrogas del país.
Aunque el presidente Petro ha destacado un aumento del 62 % en incautaciones de cocaína durante su mandato, el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indica que este repunte puede estar relacionado con un aumento proporcional en la producción. Solo en 2023, se produjeron unas 2.600 toneladas de cocaína en Colombia, un 53 % más que el año anterior.
Zonas como Tumaco, Barbacoas, Argelia y El Tambo lideran el mapa de cultivos ilícitos, donde las disidencias de las Farc ejercen control y obstaculizan la acción del Estado. La ONU advirtió que, aunque se celebren capturas y decomisos, lo urgente es recuperar el control territorial, combatir a los grupos armados y garantizar una presencia estatal real y sostenida en las regiones más golpeadas por el narcotráfico.