Alfredo Saade, quien en 2025 propuso sin titubeos cerrar el Congreso y restringir medios de comunicación, ha escalado hasta convertirse en el nuevo jefe de Gabinete del presidente Gustavo Petro. Su historial de declaraciones incendiarias y cuestionamientos por presuntos contratos irregulares lo colocan en el ojo del huracán, mientras el país se pregunta qué impacto tendrá su llegada a la Casa de Nariño.
El pastor, cuya autoridad religiosa es puesta en duda por varias iglesias cristianas, no solo ha sido señalado por su postura radical contra la prensa, sino también por sus vínculos con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. Documentos revisados por el concejal Daniel Briceño sugieren que Saade cobró millonarios honorarios con informes aparentemente reciclados de otros contratistas, lo que ha llevado al Ministerio Público a abrir una investigación.
Desde su faceta de precandidato presidencial, donde apenas logró 21.660 votos, Saade ha sido un férreo defensor del Gobierno de Petro, acercándose a figuras clave como el ministro del Interior, Armando Benedetti. Para algunos, su ascenso al Gabinete representa una estrategia de alineamiento con los sectores religiosos; para otros, una señal preocupante del rumbo autoritario que podría tomar la administración.
El país sigue de cerca cada movimiento del nuevo jefe de Gabinete, que ahora ostenta un poder significativo en la toma de decisiones gubernamentales. ¿Será capaz de mantener la estabilidad dentro del Ejecutivo o sus posturas extremas generarán una nueva tormenta política?